La Casa de los Perritos Mágicos



Mickey estaba muy aburrido en su casa. No tenía nada que hacer y todos sus amigos estaban ocupados. Decidió dar un paseo por el vecindario y de repente encontró una casa abandonada.

Le pareció interesante y decidió entrar. Al principio todo parecía normal, pero luego empezaron a suceder cosas extrañas. Las puertas se cerraban solas y las ventanas se movían sin viento. De repente, Mickey escuchó unos ruidos extraños que venían del sótano.

-¿Hola? -preguntó Mickey temeroso-. ¿Hay alguien ahí? De repente, apareció un fantasma enojado frente a él. -¡Fuera de mi casa! -gritó el fantasma con voz tenebrosa. Mickey salió corriendo asustado, pero el fantasma lo perseguía por toda la casa.

Fue entonces cuando dos perritos mágicos llamados Rabot y Sky aparecieron para salvarlo. -¡No tengas miedo, Mickey! ¡Estamos aquí para ayudarte! -dijo Rabot con valentía mientras ladraba al fantasma.

Sky usó sus poderes mágicos para crear una burbuja alrededor del fantasma y así detenerlo. -¡Genial! -exclamó Mickey-. Muchas gracias por salvarme. Los tres amigos salieron de la casa juntos, pero antes de irse los perritos le dijeron algo importante a Mickey:-No debes entrar en casas abandonadas sin permiso o compañía.

Pueden ser peligrosas e inseguras. Siempre es mejor estar acompañado o preguntar antes si se puede entrar -advirtió Rabot. -Eso es muy cierto -añadió Sky-. Y si necesitas compañía, puedes contar con nosotros.

Siempre estaremos aquí para ayudarte y hacerte compañía cuando te sientas solo. Mickey agradeció los consejos y se fue a casa con una gran sonrisa en su rostro.

Aprendió que siempre es mejor estar acompañado y pedir permiso antes de entrar en lugares desconocidos. Además, hizo dos nuevos amigos que lo ayudaron en un momento difícil.

FIN.

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