La casa de los secretos valientes
Había una vez dos amigos, Marcos y Gabriel, que decidieron explorar una casa abandonada en las afueras del pueblo. La casa tenía fama de estar embrujada, pero los valientes amigos no le tenían miedo a nada.
Al entrar a la casa, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos. Todo estaba oscuro y polvoriento. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del piso de arriba. Sin embargo, decidieron seguir adelante y explorar cada rincón de la misteriosa morada.
De repente, unas sombras comenzaron a moverse por las paredes y unos monstruos salieron de detrás de los muebles. Marcos y Gabriel se asustaron mucho al principio, pero recordaron que juntos eran invencibles.
"¡No tengas miedo, Marcos! ¡Estamos juntos en esto!" dijo Gabriel con determinación. "Tienes razón, Gabriel. ¡Somos fuertes cuando estamos juntos!" respondió Marcos con valentía.
Los amigos se dieron cuenta de que los monstruos y las sombras no eran reales; solo eran producto de su imaginación alimentada por el miedo. Decidieron enfrentar sus temores y demostrar que podían superar cualquier desafío juntos.
Recorrieron cada habitación de la casa abandonada con valentía, desafiando a las sombras y haciendo frente a los monstruos imaginarios que los perseguían. Con cada paso que daban, su coraje crecía más y más. Finalmente, llegaron al ático de la casa donde encontraron una antigua caja llena de tesoros olvidados.
Entre esos tesoros había un viejo diario que contaba la historia del lugar y cómo había sido testigo del paso del tiempo. Marcos y Gabriel aprendieron una gran lección esa noche: nunca hay que dejarse llevar por el miedo, ya que este puede jugar trucos en nuestra mente.
Lo importante es confiar en uno mismo y en aquellos que nos rodean para superar cualquier obstáculo por difícil que parezca.
Con el amanecer asomándose por las ventanas de la casa abandonada, Marcos y Gabriel salieron victoriosos con sus corazones llenos de valentía y amistad inquebrantable. Desde ese día en adelante, siguieron explorando juntos nuevos horizontes sin dejar nunca atrás el recuerdo de aquella noche llena de sombras convertidas en simples ilusiones pasajeras.
FIN.