La Casa de Piedra Negra
En un mundo de bloques, en el vasto universo de Minecraft, vivía un chico llamado Mateo. Mateo era un constructor talentoso y había dedicado mucho tiempo y esfuerzo en construir la mejor casa del juego.
Su casa era enorme, con techos altos, ventanas de colores brillantes y una torre que alcanzaba las nubes.
La casa de Mateo era el orgullo y la envidia de todos los otros jugadores, especialmente de Jasmin y Natasha, dos chicas que siempre estaban juntas y que siempre buscaban superar a Mateo en todo. Ellas no podían soportar que la casa de Mateo fuera la mejor. - ¡Nunca podremos construir algo así! - decía Natasha con resentimiento.
- Es injusto que Mateo tenga la mejor casa del juego. ¡Deberíamos tenerla nosotras! - se quejaba Jasmin. Pero a pesar de la envidia, Mateo se mostraba siempre generoso y les ofrecía ayuda para que mejoraran sus propias casas.
Sin embargo, Jasmin y Natasha rechazaban su ayuda, aferradas a su rivalidad. Un día, el rumor de que el mismísimo Dios de Minecraft había quedado impresionado por la casa de Mateo se extendió por todo el universo del juego. Mateo no podía creerlo. - ¡Esto es increíble! - exclamó.
- ¡El Dios de Minecraft ha notado mi trabajo duro! Mientras tanto, Jasmin y Natasha, llenas de envidia y resentimiento, comenzaron a conspirar para deshacerse de la casa de Mateo.
Sin embargo, el Dios de Minecraft observaba todo desde lo alto y decidió intervenir. - No es correcto que envidien el éxito de Mateo en lugar de esforzarse por lograr el suyo propio - dijo el Dios de Minecraft.
Y en ese momento, ante la sorpresa de todos, el Dios de Minecraft honró a Mateo con una piedra especial, la Piedra Negra, un material raro y valioso que solo los más dignos podían poseer. - Mateo, has demostrado humildad, generosidad y perseverancia.
Te entrego la Piedra Negra como un símbolo de tu esfuerzo y dedicación. Mateo recibió la Piedra Negra con gratitud y, en lugar de usarla para su beneficio personal, decidió compartirla con Jasmin y Natasha y les ofreció su ayuda para mejorar sus casas.
Al ver la bondad de Mateo, Jasmin y Natasha se sintieron avergonzadas de su envidia y finalmente aceptaron su ayuda. Juntos, construyeron las casas más increíbles que el universo de Minecraft había visto jamás.
Desde aquel día, Mateo, Jasmin y Natasha se convirtieron en amigos, aprendiendo que la verdadera grandeza proviene de la generosidad, la humildad y el trabajo en equipo.
FIN.