La Casa del Fantasma


En una tranquila casa victoriana, vivía la familia Méndez: papá, mamá, Emma y Tomás. Un día, al llegar la hora de dormir, comenzaron a escuchar extraños ruidos provenientes del desván.

Al principio, pensaron que era solo el viento, pero pronto los ruidos se volvieron más fuertes y espeluznantes. -¿Qué será ese ruido? -preguntó Tomás con temor. -No lo sé, pero vamos a investigar -respondió papá con valentía.

Subieron al desván con linternas en mano y comenzaron a buscar por todos lados. De repente, una sombra atravesó la habitación y una voz escalofriante susurró: '¡Fuera de mi casa!' La familia Méndez salió corriendo del desván, temblando de miedo. Al día siguiente, decidieron buscar ayuda.

Llamaron a la experta en fenómenos paranormales, la señorita Martina. Ella les explicó que su casa estaba habitada por el espíritu de un antiguo mayordomo, Don Anselmo, quien estaba atormentado por un misterio sin resolver. Determinados a ayudar al fantasma, la familia Méndez decidió investigar.

Descubrieron que Don Anselmo había sido acusado injustamente de un crimen que no cometió, y su espíritu no encontraba paz. Decidieron ayudar a limpiar su nombre y, con valentía, resolvieron el misterio.

Al hacerlo, Don Anselmo desapareció, pero en su lugar, la casa victoriana se llenó de luz y paz. La familia Méndez aprendió que, a veces, enfrentar nuestros miedos y ayudar a los demás puede llevarnos a solucionar problemas inesperados y encontrar la paz.

Desde ese día, la casa victoriana se convirtió en un hogar cálido y acogedor, y la familia Méndez vivió felices para siempre.

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