La Casa del Misterio




Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de densos bosques, una casa abandonada que todos temían.

Se decía que la casa estaba encantada, que extraños sonidos se escuchaban por la noche y que quien se atreviera a entrar, nunca volvería a ser el mismo. Un día, un joven aventurero llamado Diego escuchó hablar de la casa del misterio y decidió desafiar su leyenda. Durante semanas, investigó sobre su historia y reunió coraje para adentrarse en ella.

Una fría noche, con una linterna en mano, se dirigió hacia la casa. Al acercarse, sintió un escalofrío recorrer su espalda y la sensación de que algo lo observaba.

Al ingresar, el sonido del viento y el crujir de las viejas maderas lo pusieron aún más nervioso. Las sombras danzaban en las paredes y el aire estaba cargado de un olor a podredumbre.

Diego avanzó con cautela, explorando cada habitación, hasta que encontró un misterioso diario que pertenecía al antiguo dueño de la casa. Entre las páginas, descubrió relatos de sucesos inexplicables, de personas que desaparecían misteriosamente y de extrañas criaturas que merodeaban por los alrededores. Mientras leía, un grito gutural lo congeló, haciendo que la linterna cayera al suelo.

En la penumbra, unos ojos brillantes lo observaban desde la oscuridad. Diego, aterrado, intentó huir de la casa, pero algo se lo impedía. Una fuerza maligna lo aprisionaba.

A medida que el miedo se apoderaba de él, las paredes comenzaron a temblar y sombras retorcidas lo rodearon. Por un momento, creyó escuchar risas demoníacas. En un impulso desesperado, invocó todas sus fuerzas y logró liberarse. Corrió desesperado, cruzando el umbral de la casa, dejando atrás el horror que acechaba en su interior.

No se atrevió a mirar atrás, pero al escapar, sintió que algo lo seguía. Regresó al pueblo convertido en un hombre marcado por el terror, con la certeza de que la casa del misterio guardaba secretos oscuros e insondables.

Desde entonces, nadie volvió a acercarse a esa casa, y Diego nunca logró olvidar la aterradora experiencia que vivió.

FIN.

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