La casa embrujada de la colina



Había una vez en lo alto de una colina, una casa misteriosa y abandonada. Se decía que estaba embrujada, y nadie se atrevía a acercarse. Sin embargo, un día, tres valientes amigos, Martín, Sofía y Lucas, decidieron explorarla.

-¿Te animás a entrar? -preguntó Martín con valentía. -Sí, no le temo a nada -respondió Lucas con determinación. -¡Yo también voy! -exclamó Sofía, tratando de ocultar su miedo. Al entrar, las puertas se cerraron de golpe y escucharon susurros en las paredes.

Pero ellos no se amedrentaron. Juntos, exploraron cada rincón de la casa, descubriendo secretos ocultos y desafiando a los supuestos fantasmas. Finalmente, encontraron un viejo diario que contaba la historia de la casa.

Resultó que el supuesto embrujo era solo una artimaña para asustar a los curiosos, ya que el dueño original quería protegerla de ladrones. Con esta revelación, los amigos decidieron devolverle la luz y el color a la casa abandonada.

Organizaron un evento comunitario y, con la ayuda de vecinos, la restauraron. La casa recuperó su esplendor y se convirtió en un centro cultural para la comunidad, donde la gente se reunía para leer, aprender y compartir.

Todos aprendieron que, a veces, las cosas que parecen aterradoras pueden esconder historias hermosas y oportunidades. Y así, la casa embrujada se convirtió en un lugar lleno de vida y esperanza.

FIN.

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