La casa embrujada del bosque encantado
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de un misterioso bosque, una casa abandonada que todos creían estar embrujada. Los niños del pueblo, curiosos y valientes, decidieron explorarla. Juan, María y Pablo se adentraron en el bosque, con la determinación de descubrir si los rumores sobre la casa embrujada eran ciertos.
Al acercarse a la casa, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos, pero no se dieron por vencidos. Al abrir la puerta, una ráfaga de viento los recibió, y las luces parpadeaban en la sala principal. Los valientes exploradores se adentraron en la casa, dispuestos a encontrar la verdad detrás de los susurros y sombras que la habitaban.
En el primer piso, encontraron muebles cubiertos de polvo y retratos antiguos que parecían seguirlos con la mirada. En el segundo piso, escucharon un susurro por el pasillo y vieron sombras que se movían de un lado a otro. Pero continuaron con coraje, llevados por la curiosidad y el deseo de desentrañar el misterio.
Finalmente, en el ático, descubrieron un diario antiguo que les reveló la historia de la casa. Resulta que no estaba embrujada, sino que había sido el hogar de una familia de artistas que amaban el teatro. A medida que leían las páginas amarillentas, empezaron a escuchar risas y música en la casa. Los fantasmas de la familia, emocionados al ver visitantes después de tanto tiempo, aparecieron ante los asombrados niños.
- ¡No somos fantasmas malos! Somos la familia Teatrini, y amamos entretener a quienes nos visitan -dijo el espíritu de la madre, mientras el padre y los niños fantasmales reían alegremente.
Los niños, sorprendidos pero emocionados, pasaron el resto del día actuando y jugando con los simpáticos fantasmas. Al final, se despidieron con alegría, prometiendo volver a visitar la casa encantada del bosque.
Desde ese día, la casa embrujada se convirtió en un lugar de diversión y alegría para todos los niños del pueblo, y la familia Teatrini finalmente encontró la paz que tanto ansiaban.
FIN.