La casa encantada



Había una vez en un tranquilo pueblo argentino, una casa encantada que se encontraba en lo alto de una colina. La gente del pueblo decía que la casa estaba llena de misterios y que nadie se atrevía a acercarse a ella. Un día, un grupo de valientes niños decidió desafiar el miedo y explorar la casa encantada.

- ¿Alguna vez te preguntaste qué hay dentro de esa casa? - preguntó Sofía, la líder del grupo, a sus amigos Juan y María. - Dicen que está llena de fantasmas y criaturas espeluznantes -respondió Juan con temor. - ¡No creo en esas tonterías! Seguro es solo un montón de cuentos para asustar a la gente -dijo María con valentía.

Los tres amigos se armaron de valor y subieron la colina hasta llegar a la casa encantada. Al entrar, descubrieron que no había fantasmas ni criaturas espeluznantes, sino que la casa estaba abandonada y llena de polvo. Decidieron recorrer cada rincón de la casa y descubrieron antiguos juguetes, libros olvidados y cuadros enmarcados. Pronto, se dieron cuenta de que la casa encantada no era más que un lugar abandonado y lleno de recuerdos.

Emocionados por su hallazgo, los amigos decidieron limpiar la casa y convertirla en un lugar de encuentro para todos los niños del pueblo. Pasaron días pintando paredes, ordenando habitaciones y creando un ambiente acogedor. Pronto, la casa encantada se convirtió en un centro comunitario donde los niños se reunían para jugar, leer y aprender juntos.

La noticia de la transformación de la casa encantada se esparció por todo el pueblo, y la gente comenzó a acercarse para ver el maravilloso cambio. Los niños, con su valentía y determinación, lograron convertir un lugar temido en un espacio de alegría y aprendizaje para todos. Nunca más se volvió a llamar "la casa encantada", ahora era conocida como "la casa de la amistad y la imaginación".

Desde ese día, los niños de ese pueblo aprendieron que no siempre las cosas son como aparentan ser a simple vista, y que con valentía y trabajo en equipo, pueden transformar los lugares más oscuros en espacios llenos de luz y alegría.

FIN.

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