La Casa Mágica

Había una vez en un pequeño pueblo un grupo de niños muy curiosos, entre ellos Lucía, Martín, y Sofía. Un día, mientras jugaban en el bosque, encontraron una casa abandonada y misteriosa.

Esta casa, sin que ellos lo supieran, era mágica. Al entrar, se encontraron con un anciano con una larga barba blanca que les dijo: '¡Bienvenidos a mi casa mágica! Aquí todo es posible, pero deben aprender una lección especial para que la magia funcione'.

Los niños, emocionados, aceptaron el desafío y el anciano les contó la historia de la casa. Resulta que la magia de la casa solo funcionaba cuando los niños demostraban actos de bondad, valentía y amistad.

Decididos a descubrir el secreto, los niños se propusieron realizar buenas acciones en su pueblo. Ayudaron a un vecino con sus compras, protegieron a un perrito perdido y compartieron juguetes con los niños necesitados. Con cada buena acción, la casa mágica se llenaba de luz y energía positiva.

Sin embargo, la magia de la casa no sería completa sin superar un desafío final. El anciano les dijo: 'Para que la casa mágica conserve su poder, necesitan unir sus fuerzas y vencer al malvado hechicero que quiere robar su magia'.

Los niños, asustados pero decididos, se armaron de valor y con astucia, lograron vencer al hechicero y salvar la casa mágica.

A partir de ese momento, la casa se convirtió en un lugar de encuentro para todos los niños del pueblo, donde la magia de la amistad y la bondad nunca se acababa.