La casa misteriosa
Había una vez una familia compuesta por papá, mamá y dos hermanitos, Tomás y Sonia, que decidieron mudarse a una hermosa casa en las afueras de la ciudad.
Pero lo que no sabían era que la casa tenía una historia misteriosa: se decía que estaba embrujada. Al principio, todo parecía normal, pero pronto comenzaron a suceder cosas extrañas. Por las noches, se escuchaban ruidos misteriosos y las puertas se abrían y cerraban solas.
La familia no sabía qué hacer, así que decidieron investigar. -Papá, ¿por qué las cosas se mueven solas en esta casa? -preguntó Sonia con miedo. -No lo sé, hija, pero seguro hay una explicación lógica para todo esto -respondió papá tratando de tranquilizarla.
Decidieron buscar en el ático, donde encontraron un antiguo diario. Al parecer, la casa había pertenecido a una familia muy feliz, pero un trágico accidente los había hecho desaparecer misteriosamente. La familia se emocionó al encontrar esta pista y decidieron investigar más.
Descubrieron que la clave para resolver el misterio estaba en devolver la alegría a la casa. Comenzaron a adornarla con colores brillantes, a cantar canciones alegres y a contar chistes.
Poco a poco, los ruidos extraños cesaron y la casa empezó a sentirse acogedora y llena de vida. Al final, descubrieron que la casa no estaba embrujada, solo necesitaba amor y alegría para dejar atrás su pasado oscuro.
La familia aprendió que, a veces, las cosas extrañas tienen explicaciones sencillas y que el amor y la alegría pueden vencer cualquier misterio. Juntos, lograron convertir la casa en su hogar, llenándola de risas y buenos momentos.
FIN.