La Cascada del Cuidado



Nala y Zulú eran dos amigos inseparables. Siempre estaban juntos, jugando, explorando y descubriendo cosas nuevas. Un día, decidieron que querían ir de vacaciones juntos. "¿Dónde podemos ir?"- preguntó Nala emocionada.

Zulú pensó por un momento y luego dijo: "Podríamos ir a la selva. Hay muchas cosas interesantes para ver allí". Nala asintió con entusiasmo y los dos amigos comenzaron a planear su aventura juntos.

Llegaron a la selva temprano en la mañana y se encontraron rodeados de árboles altos y frondosos. Los pájaros cantaban melodías hermosas mientras las mariposas volaban alrededor de ellos. Era un lugar mágico. "¡Mira eso!"- exclamó Nala señalando hacia un sendero que llevaba más adentro de la selva.

"Debemos seguirlo". Zulú estaba un poco nervioso pero decidió seguir adelante con su amiga. Caminaron durante horas, viendo monos saltar entre las ramas de los árboles y escuchando el sonido del agua corriendo por el arroyo cercano.

Finalmente llegaron a una gran cascada que caía desde lo alto de una montaña. La vista era impresionante. "¡Qué hermosa es esta cascada!"- exclamó Zulú sorprendido. "Pero ¿cómo vamos a llegar hasta allí?"Nala sonrió confiada.

"No te preocupes amigo, ¡encontremos un camino!"Después de buscar por un rato encontraron unas rocas que parecían seguras. Con mucho cuidado, comenzaron a subir por ellas hasta llegar a la cima de la cascada.

"¡Mira qué vista!"- dijo Nala emocionada mientras se asomaba al borde del precipicio. Zulú estaba un poco nervioso pero también quería ver la vista. Se acercó con cautela y miró hacia abajo.

La vista era impresionante, pero de repente perdió el equilibrio y comenzó a caer. Nala reaccionó rápidamente y lo agarró justo a tiempo antes de que llegara al fondo de la cascada. Juntos, regresaron al suelo sano y salvo.

"¡Gracias por salvarme, amiga!"- dijo Zulú respirando profundamente para recuperar el aire. "Creo que aprendí una lección importante hoy". "¿Cuál es esa?"- preguntó Nala curiosa. "Que debemos ser más cuidadosos cuando exploramos lugares nuevos"- respondió Zulú.

"Y siempre estar ahí el uno para el otro en caso de necesidad". Nala sonrió felizmente. "Eso es exactamente lo que iba a decir yo también". Juntos, los dos amigos regresaron a casa con muchas historias emocionantes para contarle a todos sus amigos sobre su aventura en la selva.

Y prometieron seguir explorando juntos siempre.

FIN.

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