La cascada secreta
- ¡Ay, qué calor hace hoy! No puedo soportarlo más - se quejó Lucas mientras se abanicaba con fuerza. - Sí, el verano en esta ciudad es insoportable.
Pero no te preocupes, tengo una idea para refrescarnos - respondió Sofía con una sonrisa misteriosa. - ¿En serio? Dime rápido antes de que me derrita aquí mismo - dijo Lucas desesperado. Sofía sacó un mapa del bolsillo y lo extendió sobre la mesa.
Señaló un lugar en el centro del mapa y dijo: "Aquí está nuestro destino: la cascada secreta". Lucas miró emocionado el mapa y exclamó: "¡Genial! Nunca había escuchado hablar de esa cascada.
¿Cómo llegamos allí?"Sofía le explicó detalladamente la ruta a seguir y ambos salieron corriendo hacia su aventura refrescante. Caminaron durante horas bajo el sol abrasador hasta llegar a un bosque frondoso. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente de los árboles.
Era un mono travieso que saltaba de rama en rama mientras les hacía muecas divertidas. - ¡Vaya sorpresa! Nunca imaginé encontrarnos con monos en este bosque - exclamó Sofía riendo. El mono parecía querer guiarlos por el camino correcto, así que decidieron seguirlo sin dudarlo.
Después de caminar unos minutos más, llegaron a una bifurcación donde debían elegir entre dos senderos. El mono señaló uno de ellos con su pata y luego desapareció entre los árboles. Lucas y Sofía se miraron, confundidos.
- ¿Qué hacemos ahora? - preguntó Lucas. Sofía recordó algo importante: "¡El mono señaló este camino! Creo que deberíamos seguirlo". Así que tomaron el sendero indicado por el mono y continuaron su aventura.
Caminaron cuesta abajo hasta escuchar un sonido familiar: ¡el rugido de una cascada! Corrieron hacia el sonido y allí estaba, la cascada secreta. Era tan hermosa como habían imaginado, con agua cristalina cayendo en una piscina natural rodeada de flores silvestres.
Lucas y Sofía se quitaron los zapatos y se sumergieron en la frescura del agua. Reían y chapoteaban sin preocupaciones mientras disfrutaban del alivio del calor sofocante. Después de un rato, salieron del agua renovados y agradecidos por haber encontrado ese oasis escondido.
Mientras caminaban de regreso a casa, reflexionaron sobre lo importante que era buscar soluciones creativas cuando enfrentaban problemas. - A veces, solo necesitamos explorar nuevas opciones para encontrar respuestas refrescantes - dijo Sofía sonriendo. - Tienes toda la razón.
Gracias por llevarme a esta aventura increíble. Me siento mucho mejor ahora - respondió Lucas con gratitud. Desde aquel día, Lucas y Sofía descubrieron que siempre había formas ingeniosas de hacer frente al calor del verano.
Aprendieron a buscar alternativas divertidas para mantenerse frescos e inspirados incluso en los días más calurosos. Y así, cada verano desde entonces, ellos dos se embarcaban en nuevas aventuras, listos para descubrir lo inesperado y disfrutar del calor de una manera diferente.
FIN.