La Casita de la Amistad
Había una vez tres amigas llamadas Sofía, Valentina y Lucía. Vivían en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos. Juntas, decidieron construir una casita en el bosque donde pudieran jugar y divertirse con sus hijos.
Un día soleado, las tres amigas se reunieron en la casa de Sofía para planificar su emocionante proyecto. Se sentaron alrededor de una mesa con hojas de papel y lápices en mano.
"¡Chicas, tenemos que hacer un diseño increíble para nuestra casita!", exclamó Valentina emocionada. Sofía comenzó a dibujar el plano mientras Lucía sugería ideas creativas para la decoración. Después de muchas risas y discusiones animadas, finalmente terminaron el diseño perfecto.
Al día siguiente, las tres amigas comenzaron a construir su casita en el bosque. Cada una tenía habilidades únicas: Sofía era experta en carpintería, Valentina sabía mucho sobre jardinería y Lucía era muy talentosa haciendo manualidades. Trabajaron duro durante días enteros hasta que finalmente lograron terminarla.
La casita parecía sacada de un cuento de hadas: tenía ventanas coloridas, puertas mágicas y un hermoso jardín lleno de flores fragantes. Los niños estaban encantados con la nueva casita.
Corrían por todas partes explorando cada rincón mientras sus madres los observaban con cariño desde afuera. Un día, mientras los niños jugaban dentro de la casita, escucharon un ruido extraño proveniente del jardín trasero. Todos salieron corriendo para ver qué estaba pasando.
Para su sorpresa, encontraron a un pequeño cachorro abandonado en el jardín. Estaba asustado y temblaba de frío. Los niños sintieron mucha compasión por él y lo llevaron dentro de la casita. "¡Tenemos que cuidarlo!", exclamó Sofía con ternura.
Las tres amigas decidieron adoptar al cachorro y lo llamaron Max. Lo alimentaron, le dieron agua y construyeron una cama cómoda para él en un rincón acogedor de la casita. Max se convirtió rápidamente en el mejor amigo de los niños.
Juntos, exploraban el bosque, saltaban en charcos de barro e inventaban juegos emocionantes. Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un sonido desesperado proveniente del agua. Era un patito que luchaba por mantenerse a flote.
Los niños no dudaron ni un segundo y se lanzaron al agua para salvarlo. Con mucho esfuerzo, lograron rescatarlo y lo llevaron rápidamente a la casita donde sus madres lo envolvieron con una toalla caliente.
El patito también encontró su hogar en la casita junto a Max y los niños. Ahora tenían dos nuevos amigos animals con quienes jugar y aprender sobre la importancia de cuidar a los animales.
Con el tiempo, las tres amigas notaron cómo los niños cambiaban positivamente gracias a las experiencias vividas en la casita. Aprendieron sobre trabajo en equipo construyéndola, empatía al adoptar a Max y valentía al salvar al patito. La casita se convirtió en un lugar lleno de risas, aventuras y aprendizaje.
Las tres amigas se dieron cuenta de lo especial que era tener un espacio donde los niños pudieran imaginar, crear y aprender juntos.
Y así, la casita en el bosque se convirtió en un símbolo de amor, amistad y cuidado hacia los demás. Todos los niños del pueblo querían visitarla y disfrutar de su magia. Las tres amigas se sintieron muy orgullosas por haber creado algo tan hermoso e inspirador.
Aprendieron que cuando trabajamos juntos y abrimos nuestros corazones a otros seres vivos, podemos hacer una diferencia en el mundo. Y así termina nuestra historia, recordándonos que siempre es posible construir un mundo mejor si nos apoyamos mutuamente y compartimos nuestro amor con quienes nos rodean.
FIN.