La Casita de Max y Sofía



Había una vez un perro llamado Max que vivía en una casa grande y cómoda con su familia humana. Max era feliz, pero siempre se sentía solo cuando su familia salía a trabajar o a la escuela.

Un día, mientras caminaba por el parque cercano, conoció a una niña llamada Sofía. Sofía era amable y cariñosa con Max desde el primer momento en que lo vio.

Juntos jugaron en el parque todas las tardes después de la escuela y disfrutaron de largas caminatas bajo el sol. Pero un día todo cambió cuando comenzó a llover fuertemente. Max estaba triste porque no podían jugar juntos debido al mal tiempo.

La lluvia parecía no tener fin y los días pasaban sin poder salir al parque. Max extrañaba tanto a Sofía que decidió visitarla en su casa. Cuando llegó, encontró a Sofía dibujando tristes paisajes lluviosos.

Al verlo entrar, ella le preguntó: "¿Qué haces aquí? ¿No te molesta la lluvia?". "No puedo soportar estar lejos de ti", respondió Max con tristeza. Sofía entendió lo que Max estaba sintiendo y decidió hacer algo especial para animarlo.

Le dijo: "Vamos a construir una casa para nosotros dos donde siempre podamos jugar juntos sin importar el clima". Juntos trabajaron duro durante días hasta terminar la pequeña casita hecha de cartón y telas impermeables, perfecta para resguardarse del agua mientras jugaban dentro.

La casita resulto ser muy divertida ya que agregaron algunos juguetes como pelotas y cuerdas para jugar juntos dentro de ella. Incluso en los días soleados, Max y Sofía seguían disfrutando de su casita especial.

La lluvia finalmente cesó y el parque volvió a estar seco, pero ahora Max tenía algo más importante que el clima: la amistad con Sofía y su pequeña casa. Ahora sabía que nunca volvería a sentirse solo porque siempre tendría a su amiga cerca.

Desde ese día, Max aprendió una valiosa lección sobre la importancia de la amistad verdadera y cómo superar cualquier obstáculo con un poco de creatividad e ingenio.

FIN.

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