La castañera y las lecciones de generosidad



Un día soleado, Carolina y Manoli se encontraban emocionadas en su clase del colegio DAMA DE GUARDAMAR. Habían escuchado que la castañera iba a visitar su colegio y estaban ansiosas por probar las deliciosas castañas y zumos que ofrecía.

Cuando la castañera llegó al colegio, todos los niños se agruparon alrededor de ella, esperando impacientes su turno para recibir tan delicioso regalo.

La castañera estaba vestida con un hermoso traje tradicional, llevaba una cesta llena de castañas calentitas y una botella con zumo de manzana recién exprimido. Carolina y Manoli no podían esperar más. Se acercaron corriendo a la castañera y le pidieron unas cuantas castañas.

Ella les sonrió amablemente y les entregó unas bolsitas llenas de estas ricas frutas. - ¡Qué maravilla! - exclamó Carolina mientras sostenía una castaña entre sus manos-. Nunca había probado algo así. - Sí, es increíble - coincidió Manoli-. Y seguro que el zumo también está buenísimo.

Las niñas se dirigieron hacia donde estaba la botella con el zumo de manzana. Pero justo cuando iban a servirse un vaso, alguien las interrumpió.

- ¿Qué hacen aquí? - preguntó Lucas, el niño más travieso de la clase-, ¡Estamos formados para recibir nuestras castañas! Carolina y Manoli se sintieron desanimadas por las palabras de Lucas. Sabían que no debían saltarse la fila, pero estaban tan ansiosas por probar el zumo que no pudieron evitarlo.

- Lo siento, Lucas - dijo Carolina con tristeza-. No queríamos saltarnos la fila. Solo estábamos emocionadas por probar el zumo de la castañera. Lucas se dio cuenta de que había sido un poco egoísta y decidió cambiar su actitud.

Se acercó a Carolina y Manoli y les ofreció su turno en la fila. - Chicas, lamento haberme comportado mal. Aquí tienen mi lugar para que puedan disfrutar del zumo antes que yo.

Carolina y Manoli le agradecieron a Lucas con una sonrisa y aceptaron su amable gesto. Mientras bebían el delicioso zumo de manzana, las niñas comenzaron a conversar sobre lo importante que es ser amables y considerados con los demás.

- A veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y actuamos sin pensar en cómo pueden sentirse los demás - reflexionó Carolina-. Pero debemos recordar que todos merecen ser tratados con respeto y consideración. - Tienes toda la razón - asintió Manoli-.

Incluso si estamos muy entusiasmados o ansiosos por algo, siempre debemos tener presente el bienestar de los demás. Después de ese día, Carolina, Manoli y Lucas se hicieron amigos inseparables. Juntos aprendieron importantes lecciones sobre empatía y generosidad.

Cada vez que veían a alguien necesitado o triste, recordaban la historia de la castañera e intentaban ayudar en todo lo posible.

La visita de la castañera al colegio DAMA DE GUARDAMAR no solo fue una oportunidad para disfrutar de deliciosas castañas y zumos, sino también para aprender valiosas lecciones sobre el respeto y la amabilidad hacia los demás. Y así, Carolina, Manoli y Lucas se convirtieron en un ejemplo a seguir para todos los niños de su clase.

FIN.

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