La cebra audaz



Había una vez una cebra llamada Sabina, que vivía en la hermosa sabana africana. Era una cebra muy inteligente y dedicada en la escuela, siempre se esforzaba por ser la mejor alumna.

Sin embargo, había un problema: su amigo Dany. Dany era un león travieso que solía burlarse de Sabina por ser tan buena estudiante.

Le decía cosas como "¡Eres una aburrida! ¡Nadie quiere ser como tú!" Esto hacía sentir muy triste a Sabina, pero ella nunca dejaba que Dany viera sus lágrimas. Un día, después de otro agotador día escolar, Sabina caminaba de regreso a casa cuando de repente apareció Dany. Con su risa maliciosa, comenzó a burlarse nuevamente de ella.

Las palabras hirientes hicieron que las lágrimas brotaran de los ojos de Sabina y corriera hacia su madre. Al llegar a casa, Sabina le contó lo sucedido a su madre entre sollozos.

Su madre la consoló amorosamente y le dijo: "Sabina querida, no te preocupes por lo que dice Dany. Él solo está tratando de lastimarte porque tiene miedo de tus habilidades". Sabina se secó las lágrimas y miró fijamente a su madre con curiosidad.

"¿Tú crees que solo fue mi imaginación? ¿Que no pasa nada realmente?" preguntó con duda en sus ojos. Su madre sonrió cariñosamente y respondió: "Mi pequeña cebra valiente, todos enfrentamos desafíos en la vida y algunas personas pueden intentar hacernos sentir mal.

Pero lo importante es cómo reaccionamos ante esos desafíos. Si crees en ti misma y sigues siendo fiel a quien eres, nada puede detenerte".

Sabina reflexionó sobre las palabras de su madre y decidió que no dejaría que los comentarios negativos de Dany la afectaran más. Al día siguiente, cuando Dany volvió a burlarse de ella, Sabina respondió con valentía: "Dany, sé que estás tratando de lastimarme, pero no voy a permitirlo.

Soy una cebra inteligente y orgullosa de ello". Dany se quedó sin palabras al escuchar la firmeza en la voz de Sabina. Poco a poco, comenzó a darse cuenta de lo equivocado que estaba al intentar herir los sentimientos de su amiga.

A medida que pasaba el tiempo, Dany dejó de molestar a Sabina y comenzaron a trabajar juntos en proyectos escolares.

La historia de Sabina enseña una lección importante: nunca debemos dejar que las opiniones negativas nos definan ni nos hagan sentir menos valiosos. Todos tenemos talentos únicos y capacidades especiales, y es importante creer en nosotros mismos para poder alcanzar nuestro máximo potencial.

Desde aquel día, Sabina continuó destacándose en la escuela y se convirtió en una inspiración para otros animales jóvenes en la sabana africana. Incluso Dany aprendió a valorarla por su inteligencia y esfuerzo. Y así, Sabina demostró que ser diferente no significa ser menos valioso.

Cada uno tiene algo especial para ofrecer al mundo si cree en sí mismo y nunca deja apagar su luz interior.

FIN.

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