La Cena de Shabat Sorpresa
Marina estaba muy emocionada porque iba a tener una cena de shabat en su casa y había invitado a todos sus amigos. Ella quería que fuera una noche especial para todos.
"¡Chicos, ya casi está todo listo! ¿Alguien quiere ayudarme con la mesa?" - preguntó Marina. Todos los amigos se levantaron para ayudarla. Colocaron el mantel blanco sobre la mesa y pusieron los platos y cubiertos de cada uno.
Luego Marina sacó las velas especiales que usan en shabat y las colocó en el centro de la mesa. "Quedó muy lindo, Marina" - dijo Ana. "Gracias, Ana. Ahora vamos a encender las velas juntos" - respondió Marina.
Todos juntaron sus manos alrededor de las velas mientras Marina recitaba la bendición en voz alta. Después, cada uno tomó un pedazo del pan especial llamado jalá y lo compartieron entre ellos como símbolo de unión y amistad.
La cena estuvo deliciosa: sopa caliente de verduras, pollo asado con papas al horno y ensalada fresca. Los chicos disfrutaban tanto la comida como la compañía, pero algo extraño comenzó a suceder después del postre...
"¿Alguien sabe por qué todas las luces se apagaron?" - preguntó Martín preocupado. En ese momento comenzaron a sonar unos ruidos extraños afuera de la casa.
Todos se miraban nerviosos sin saber qué hacer hasta que escucharon una voz conocida venir desde afuera:"¡Sorpresa!" - gritaron los padres de Marina y los amigos de ellos. Todos se alegraron al ver que era una broma y que las luces se habían apagado para crear un ambiente más emocionante.
Los padres de Marina trajeron juegos de mesa y comenzaron a jugar todos juntos mientras seguían charlando y riendo. "¡Qué noche tan divertida!" - exclamó Ana. "Sí, pero lo mejor fue estar juntos como amigos" - agregó Martín.
Marina sonrió con satisfacción al ver que su cena había sido un éxito gracias a la buena comida, la música, las velas encendidas y la compañía de sus amigos.
Se dio cuenta de que no importa qué pase en la vida, siempre hay alguien cerca para ayudarlos a superar cualquier obstáculo.
FIN.