La Cena Iluminada
Era una noche oscura y tormentosa, la lluvia caía fuerte sobre el techo de la casa. De repente, un rayo cayó muy cerca de la casa y toda la energía eléctrica se cortó.
- ¡Oh no! -exclamó papá- ¿Qué vamos a hacer sin luz? - No te preocupes, papá -dijo mamá tranquilamente- podemos encender unas velas y tener una cena en familia a la luz de las velas.
Así fue como los cinco se sentaron alrededor de la mesa con velas iluminando su cena. Keka, Kiki y Kelly estaban emocionados por tener una cena diferente. - Esto es divertido -dijo Kika sonriendo mientras sostenía su tenedor. - Sí, nunca hemos comido así antes -añadió Kiki.
Mientras cenaban, escucharon el sonido del viento soplando afuera. De repente, un gran estruendo sacudió toda la casa. - ¡¿Qué fue eso? ! -exclamó Kelly asustada. Papá rápidamente se levantó para revisar lo que había pasado.
Regresó unos minutos después con una sonrisa en su rostro. - Chicos, acabo de encontrar algo increíble ahí fuera -dijo papá emocionado-. Es un árbol caído que bloqueaba el camino hacia nuestro vecino anciano.
Él estaba atrapado allí solo sin poder salir debido a ese árbol caído. Pero gracias a esa tormenta eléctrica que nos dejó sin luz, pude verlo y ayudarlo a salir de esa situación difícil. Los niños estaban sorprendidos por lo que acababan de escuchar.
- ¿Entonces, la tormenta eléctrica nos ayudó a ser héroes? -preguntó Keka emocionada. - Sí, así es -respondió papá con una sonrisa-. La oscuridad no siempre es mala.
A veces, puede ayudarnos a ver lo que realmente importa y cómo podemos ayudar a los demás. Los cinco se dieron cuenta de que esta cena a la luz de las velas había sido más que solo una cena diferente.
Se habían convertido en héroes gracias a la oscuridad y aprendieron una valiosa lección sobre cómo podemos hacer una diferencia positiva en el mundo.
Desde ese día en adelante, cada vez que se cortaba la luz por alguna razón, los cinco recordaban esa noche y buscaban maneras de ayudar a otros mientras disfrutaban su cena bajo la luz de las velas.