La Cena Sorpresa de Migui
Era un sábado soleado en el barrio de Villa Azul. Migui, un joven con una gran pasión por las motos, había estado trabajando todo el día en su garage para arreglar su querida moto. Con manos manchadas de grasa pero una sonrisa en su rostro, decidió que era el momento perfecto para sorprender a su novia Laura con una cena especial.
"Hoy le voy a preparar algo riquísimo", pensó Migui mientras limpiaba sus herramientas.
Se lavó las manos y se dirigió a la cocina. La idea era hacerle su plato favorito: pasta con salsa de tomate y albahaca fresca. Con mucho entusiasmo, sacó ingredientes del refrigerador y comenzó a cocinar. Mientras la pasta hervía, Migui recordó cómo Laura siempre lo apoyaba en sus locuras de mecánico.
"Me encantaría que estuviera aquí, así podría sorprenderla con algo especial", murmuró mientras picaba el ajo.
Pero en ese momento, uno de sus amigos, Tato, entró al garage. Llevaba en la mano una bolsa llena de repuestos de moto.
"Che, Migui, ¿fixeaste ya la moto?", preguntó Tato.
"Sí, pero estoy cocinando una cena para Laura. ¡Es sorpresa!", respondió Migui emocionado.
"¡Qué copado! Necesito que me enseñes, yo no tengo idea de cocinar", dijo Tato mientras miraba a su alrededor.
Migui, entusiasmado por compartir su conocimiento, llevó a Tato a la cocina.
"Primero hay que hervir la pasta, después hacemos la salsa", explicó Migui.
Mientras ambos cocinaban, una idea brillante emergió en la mente de Migui.
"¿Por qué no invitamos a algunos amigos de Laura? Así hacemos una cena en grande", sugirió.
Tato se iluminó:
"¡Sí! Eso sería genial. Pero necesitamos más comida. Te ayudo a hacer una ensalada y postre también".
Los dos amigos comenzaron a preparar todo y la cena se convirtió en una fiesta inesperada. Llamaron a algunos amigos y todos se pusieron manos a la obra. Hice ensaladas coloridas, prepararon un postre delicioso, y la cocina pronto se llenó de risas y aromas.
Cuando Laura llegó, no podía creer lo que veía.
"¡Wow! ¿Qué pasó aquí?"
"Sorpresa! Decidimos hacer una cena para vos", gritó Migui, mientras todos los amigos aparecían sonriendo.
Laura se emocionó, pero también se sintió un poco abrumada:
"No puedo creerlo, ¡es demasiado!"
"No, no es demasiado. Queríamos celebrar lo genial que sos y lo mucho que te queremos", dijo Tato mientras servía comida.
Laura se sentó en la mesa, rodeada de buena compañía y deliciosa comida. Mientras comenzaban a cenar, todos compartieron anécdotas y risas. Laura se dio cuenta de que a veces las cosas no salen como uno planea, pero a veces eso es lo que las hace especiales.
Al final de la cena, mientras todos estaban llenos y felices, Migui tomó la palabra:
"Quiero agradecerles a todos por venir. Y especialmente a Laura, por ser tan genial. A veces me gusta hacer cosas especiales, como cocinar o arreglar mi moto, pero la verdad es que lo más importante es compartirlo con ustedes".
Todos aplaudieron, y Laura se acercó a Migui:
"Gracias amor, por la sorpresa y por ser siempre tan pensativo. Aprendí que lo bonito es lo que se vive con la gente que uno quiere, así que siempre estoy dispuesta a disfrutar de estas locuras”.
Esa noche, la comunidad de amigos se sintió más unida que nunca. Y Migui, a pesar de que no había podido preparar la cena en soledad como había planeado, se dio cuenta de que lo mejor de todo fue compartir ese momento con sus seres queridos.
Y así, entre risas y buena comida, aprendieron que a veces los planes pueden cambiar, pero eso no significa que el resultado no sea maravilloso.
Fin.
FIN.