La chicharra que quería ser diferente



Había una vez en un frondoso bosque, una chicharra llamada Carlitos que soñaba con cantar de una manera diferente a las demás chicharras.

Mientras sus amigos cantaban con un tono estridente y constante, Carlitos anhelaba entonar melodías suaves y armoniosas, como las que escuchaba de los pájaros. Un día, decidió buscar a la sabia lechuza del bosque para pedirle consejo. "¿Lechuza, cómo puedo cambiar mi canto para ser diferente?", preguntó Carlitos con timidez.

La lechuza, con sus grandes ojos brillantes, le respondió amablemente: "Querido Carlitos, en la diversidad está la belleza. No tienes que ser diferente, tienes que ser auténtico. Tu canto único es lo que te hace especial."

Impulsado por las palabras de la lechuza, Carlitos decidió practicar su canto día y noche, buscando la manera de expresarse de manera genuina. Eventualmente, descubrió que podía modular su tono y ritmo para crear melodías suaves y relajantes. Al escuchar su nuevo canto, todos los animales del bosque quedaron cautivados.

Comprendieron que la diversidad hacía del bosque un lugar aún más hermoso. Desde ese día, Carlitos se convirtió en un ejemplo de valentía y autenticidad, inspirando a otros a ser fieles a sí mismos.

La moraleja de la historia es que, a veces, la verdadera belleza radica en ser uno mismo, sin compararse con los demás.

FIN.

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