La Chola Cuencana y el Color de su Vestido
Había una vez, en una hermosa ciudad llamada Cuenca, una joven muy especial llamada Sofía. Sofía era conocida como la Chola Cuencana, y tenía un vestido colorido que la hacía brillar como un arcoíris.
Un día, mientras caminaba por la plaza, Sofía se encontró con su amiga la ratona María.
"¡Hola, Sofía! ¡Qué lindo tu vestido hoy!"
"Gracias, María. ¿Sabías que cada color de mi vestido cuenta una historia?"
María, curiosa, le preguntó:
"¿De verdad? ¿Qué historia cuenta el color rojo?"
Sofía sonrió y le respondió:
"El rojo representa la alegría de la gente en nuestra fiesta de Corpus Christi. ¡Siempre bailamos y reímos!"
María hizo una mueca divertida.
"¿Y el color amarillo?"
"El amarillo simboliza la esperanza y la luz del sol que brilla sobre Cuenca. Cuando los días son nublados, este color nos recuerda que siempre viene un nuevo día. ¡Es mágico!"
María se emocionó:
"¿Y el verde?"
Sofía dijo:
"El verde representa la naturaleza, los árboles y las montañas que nos cuidan. En Cuenca, amamos cuidar nuestros bosques y plantas."
Mientras hablaban, un gran loro de colores pasó volando y se posó en una rama cerca de ellas.
"¿Puedo unirme a la charla?" preguntó el loro.
"¡Claro! ¿Sabías que el azul de mi poncho simboliza el cielo?"
El loro, muy inteligente, siguió la conversación.
"Y el blanco, representa la paz que tenemos en nuestra ciudad. Aquí en Cuenca nos ayudamos unos a otros. ¿No es lindo?"
María, entusiasmada, dijo:
"¡Sí! Si todo el mundo ayudara, sería un lugar mejor. ¡Yo quiero ayudar, Sofía!"
Sofía sonrió y alzó su mano.
"Entonces hagamos un plan. Podemos recoger basura en el parque y plantar flores. ¡Así, todos los colores de Cuenca brillarán más!"
Todos están de acuerdo y juntos comenzaron a recoger basura.
"¡Mirá cuántas cosas encontramos!" dijo María.
"Sí, cada vez que ayudamos, el lugar se ve más lindo. ¡Y podemos plantar flores de todos colores!" comentó el loro.
Después de un tiempo, el parque estaba limpio y bonito, listo para que todos jueguen y disfruten.
"¡Gracias por ayudarme, amigos!" dijo Sofía.
El loro, orgulloso, agregó:
"Nuestra amistad hace que Cuenca sea más colorida y feliz. ¡Y eso es lo más importante!"
Desde entonces, Sofía, María y el loro se convirtieron en los mejores amigos y siempre recordaron que cada color, cada costumbre y cada acción de bondad los hacía parte de la hermosa Chola Cuencana.
Y así, la Chola Cuencana con su vestido colorido siguió caminando por las calles de Cuenca, llevando alegría y amor a todos, enseñando que cuidar de nuestro entorno y de nuestros amigos es muy importante.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.