La Clara y las Palabras Olvidadas



Había una vez una nena que se llamaba Clara. A Clara le encantaban las palabras, especialmente aquellas que tenían un sonido suave como —"brisa"  y —"chocolate" , o aquellas que bailaban cuando las decía en voz alta, como —"mariposa" . Cada día, Clara se sentaba en su rincón favorito del jardín y las recogía como si fueran flores.

Un día, mientras jugaba a juntar palabras, se dio cuenta de que muchas de ellas estaban desapareciendo. En su mente, recordaba palabras que solía escuchar en cuentos y canciones, pero que ya no utilizaba. Entonces, con su curiosidad como guía, decidió emprender una aventura para encontrarlas.

"Voy a buscar a la señora Sabiduría", pensó Clara. "Ella debe saber dónde están las palabras olvidadas".

Partió hacia el Bosque de las Letras, un lugar mágico donde las palabras tomaban vida. A medida que avanzaba, se sorprendía al escuchar a un grupo de enteras frases discutiendo entre ellas.

"¡Yo soy la más divertida!" -exclamó —"Risas" . "Pero yo soy la más hermosa" -contestó —"Estrella" . Clara se acercó y les dijo:

"¡Hola! ¿Han visto palabras que han olvidado? Estoy en busca de ellas".

Las palabras se miraron entre sí y —"Recuerdo"  le respondió:

"A veces, las palabras se olvidan porque no se usan. Pero si las llamas, pueden volver".

Clara decidió entonces que tenía que recordar todas las palabras que amaba. Comenzó a llamar a las palabras que conocía:

"¡Chocolina! ¡Mariposa! ¡Sombra!"

Pero al principio, nada sucedió. Así que, se sentó bajo un árbol y comenzó a contarles cuentos a las palabras que había encontrado. Les habló sobre un rey que tenía un dragón amigable y de una princesa valiente.

Pasaron horas y, de repente, las palabras comenzaron a fluir de su boca como pequeños peces que saltan en el agua. Palabras que había olvidado salieron a la luz, llenas de vida y color.

"¡Por fin! ¡Están volviendo!" -exclamó Clara.

Mientras las palabras regresaban, un viento suave sopló y un susurro de voz la rodeó. Era la señora Sabiduría.

"Has hecho algo maravilloso, Clara. Has recordado el poder de las palabras" -dijo la señora Sabiduría con una sonrisa.

Clara, sorprendida, preguntó:

"¿Y cómo puedo evitar que se olviden de nuevo?"

"Debes usar las palabras en tus juegos, tus historias, y por supuesto, compartirlas con los demás" -respondió la señora Sabiduría. "Así nunca se irán".

Agradecida, Clara prometió que usaría cada palabra que encontrara. Desde ese día, Clara era conocida como la guardiana de las palabras en su pueblo, y cada vez que contaba historias, los niños se sentaban alrededor de ella con ojos brillantes. Las palabras ya no se olvidaban, ya que vivían felices en los corazones de todos los que las amaban.

Y así, Clara siguió recordando y recolectando palabras, creando un mundo lleno de magia, risas y amistad. Y en cada rincón del bosque, las palabras danzaban junto a la brisa, sonando como música en un día soleado.

FIN.

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