La cobra guardiana del bosque



En lo más profundo del bosque vivía una cobra gigante llamada Cira.

A diferencia de las cobras comunes, Cira no era una serpiente malvada que asustaba a los demás animales, ¡todo lo contrario! Ella se encargaba de cuidar y proteger a todos los habitantes del bosque. Un día, un grupo de leñadores llegó al bosque con la intención de talar árboles para vender la madera.

Los animales del bosque estaban preocupados por su hogar y acudieron a Cira en busca de ayuda. "Cira, los leñadores quieren destruir nuestro hogar. ¿Qué podemos hacer?" -preguntó el zorro. La cobra gigante reflexionó por un momento y luego les dijo a los animales:"No se preocupen, amigos.

Haré todo lo posible para proteger el bosque. "Cira se deslizó sigilosamente hacia donde estaban los leñadores y dejó escapar un fuerte silbido que resonó en todo el bosque.

Los leñadores se detuvieron sorprendidos al ver a la enorme serpiente frente a ellos. "¡Aléjense del bosque! Este es mi hogar y no permitiré que lo dañen", advirtió Cira con determinación. Los leñadores, asustados por la presencia imponente de la cobra gigante, decidieron retirarse y dejar en paz al bosque.

Los animales celebraron la valentía de Cira y le agradecieron por salvar su hogar. Sin embargo, la tranquilidad duró poco tiempo. Un incendio forestal amenazaba con arrasar todo a su paso. Esta vez eran los animales quienes necesitaban protección.

Cira no dudó ni un segundo y se dirigió hacia el fuego.

Con sus escamas resistentes al calor, empezó a rodear el área en llamas para crear una barrera protectora que impidiera que el fuego se propagara hacia el resto del bosque. Los animales observaban admirados la valentía de Cira mientras luchaba contra las llamas sin descanso. Finalmente, logró extinguir el incendio y salvar el bosque una vez más.

Desde ese día, todos los habitantes del bosque aprendieron a valorar a Cira como una amiga fiel y valiente que siempre estaría allí para protegerlos.

La cobra gigante había demostrado que, aunque su aspecto imponente pudiera asustar al principio, su corazón estaba lleno de bondad y amor por la naturaleza. Y así, bajo el cuidado vigilante de Cira, el bosque floreció más hermoso que nunca, recordando siempre que no debemos juzgar a alguien por su apariencia exterior, ya que en lo más profundo siempre puede encontrarse bondad y valentía.

FIN.

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