La cola valiente de Bambina



Había una vez en un barrio tranquilo de Buenos Aires, una perrita llamada Bambina. Bambina era una perra feliz y juguetona, de color marrón y con una cola tan larga que parecía un látigo.

Vivía en una casa muy bonita junto a su dueña Ayelen, quien la quería mucho. Un día soleado, mientras Ayelen estaba ocupada trabajando en su jardín, Bambina decidió explorar más allá del patio trasero.

Caminó por las calles del vecindario con su cola moviéndose emocionada detrás de ella. En su camino, Bambina se encontró con otros perros jugando en el parque. Se acercó a ellos con entusiasmo y comenzaron a jugar juntos.

Pero algo extraño sucedió: los demás perros empezaron a burlarse de Bambina por tener la cola tan larga. "¡Mira esa cola ridícula! ¡Parece un látigo gigante!", se rieron los otros perros. Bambina se sintió triste y avergonzada. Corrió lejos del parque sin mirar atrás.

Mientras caminaba sola por las calles, pensaba que tal vez había algo malo en ella por tener una cola tan larga. De repente, escuchó unos gemidos provenientes de un callejón cercano.

Siguiendo el sonido, encontró a un pequeño gatito atrapado entre unas cajas viejas. "¿Estás bien?", preguntó preocupada Bambina al gatito. El gatito lloraba y temblaba de miedo. Sin dudarlo, Bambina usó su cola larga como una cuerda y la extendió hacia el gatito.

Con mucho cuidado, lo envolvió con su cola y lo levantó para liberarlo. El gatito estaba tan agradecido que comenzó a ronronear felizmente. Bambina se dio cuenta de que su cola larga no era un defecto, sino una bendición.

Gracias a ella, pudo ayudar al gatito en apuros. Con el tiempo, Bambina se convirtió en la heroína del vecindario. Usaba su cola como una cuerda para rescatar a otros animales en peligro y siempre estaba dispuesta a ayudar.

Un día, mientras caminaba por las calles con su cabeza bien alta, los mismos perros que antes se habían burlado de ella la vieron y quedaron impresionados por sus hazañas. "¡Miren! ¡Es Bambina, la perra con la cola más increíble!", exclamaron asombrados.

Los demás perros se acercaron a disculparse por haberse burlado de ella antes. Reconocieron que había algo especial en Bambina y que su cola larga no era motivo de vergüenza, sino algo admirable.

Desde ese día en adelante, Bambina fue respetada y admirada en todo el vecindario. Ayelen estaba orgullosa de tener una perrita tan valiente y generosa como compañera. Y juntas siguieron haciendo buenas acciones por todos los animales necesitados del barrio.

La historia de Bambina nos enseña que todos somos especiales a nuestra manera y que nuestras diferencias pueden ser nuestras mayores fortalezas.

No importa cómo seamos por fuera, lo importante es cómo tratamos a los demás y cómo hacemos del mundo un lugar mejor.

FIN.

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