La colección de Martín


Había una vez un niño llamado Martín, apasionado por el fútbol y coleccionista de cartas de jugadores famosos. Su mayor tesoro era un libro donde guardaba todas las cartas que había logrado conseguir a lo largo del tiempo.

Sin embargo, le faltaban algunas muy especiales para completar su colección. Martín sabía que esas cartas eran difíciles de encontrar, y sus padres no podían comprarle sobres nuevos cada vez que salían al mercado.

Por eso, se propuso ganárselas con esfuerzo y dedicación. Un día, mientras jugaba en la plaza con sus amigos Lucas y Valentina, se dio cuenta de que ellos también tenían cartas valiosas que él necesitaba para completar su colección.

Entonces, decidió proponerles un trueque: intercambiar sus cartas menos valiosas por las más importantes que le faltaban. "¡Hola chicos! ¿Qué les parece si intercambiamos algunas cartas? Yo tengo varias repetidas y ustedes podrían ayudarme a completar mi colección", propuso Martín con entusiasmo.

Lucas y Valentina estuvieron de acuerdo en ayudarlo, ya que sabían lo importante que era para él su libro de cartas. Comenzaron a revisar una por una las cartas que tenían y a negociar los intercambios.

"Yo tengo la carta de Messi, ¿te interesa?", preguntó Lucas mostrando orgulloso su mejor carta. "¡Sí! Esa es una de las que me falta. A cambio te ofrezco la carta autografiada de Maradona", respondió Martín emocionado.

El trueque se realizó con éxito, y Martín pudo agregar la carta de Messi a su colección. Luego fue el turno de Valentina, quien tenía la carta del Kun Agüero, otra pieza clave para completar el libro de Martín.

"¿Qué te parece si te doy la carta firmada por Di Stéfano a cambio?", propuso Martín con esperanza en los ojos. Valentina aceptó felizmente el trueque, ya que también le gustaba colaborar para hacer realidad el sueño de su amigo.

Así, poco a poco fueron intercambiando cartas hasta lograr completar la colección deseada. Finalmente, Martín pudo ver su libro lleno de todas las cartas importantes que tanto anhelaba tener. Estaba feliz y agradecido con sus amigos por haberlo ayudado en esta misión tan especial.

Aprendió el valor del esfuerzo, la amistad y la colaboración en equipo.

Desde ese día en adelante, Martín siguió disfrutando del fútbol junto a sus amigos y recordando siempre cómo juntos lograron cumplir un gran sueño gracias al trabajo en equipo y la solidaridad entre compañeros.

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