La cometa que no podía volar



Había una vez en un pueblo colorido y alegre, una cometa llamada Kite que no podía volar. A pesar de sus hermosos colores y su forma perfecta, nunca lograba elevarse en el cielo. Todos los demás juguetes voladores se burlaban de ella, y Kite se sentía triste y avergonzada.

Un día, Kite conoció a Rafa, un niño curioso y creativo que le preguntó por qué no podía volar. Kite le explicó que no lo sabía, que siempre había querido surcar el cielo pero algo en ella se lo impedía. Rafa, con una mirada llena de determinación, decidió ayudar a Kite a cumplir su sueño.

Juntos, Rafa y Kite emprendieron un viaje en busca de respuestas. Conocieron a un sabio pájaro que les dijo que para volar, Kite necesitaba algo muy importante: confianza en sí misma. Rafa y Kite entendieron que era verdad, Kite había perdido la confianza en sus propias capacidades.

Decididos a solucionar esto, Rafa y Kite regresaron al pueblo y practicaron día y noche. Rafa le recordaba a Kite lo hermosa que era, mientras que Kite se esforzaba por creer en sí misma. Poco a poco, Kite empezó a sentir la brisa acariciando sus hilos, y finalmente, un día despejado, ¡Kite logró volar! El cielo se llenó de colores y alegría, y Kite pudo sentir la emoción de cumplir su sueño.

Desde ese día, Kite volaba todos los días junto a Rafa, recordando que la confianza en uno mismo puede hacer cualquier sueño posible, por más imposible que parezca.

FIN.

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