La Competencia Amistosa



Había una vez en un bosque encantado, una pequeña ardilla llamada Lucas que siempre se sentía inseguro de sí mismo.

A pesar de ser ágil y astuto, Lucas constantemente dudaba de sus habilidades y se comparaba con los demás animales del bosque. Un día, mientras buscaba nueces para guardarlas en su madriguera, Lucas se encontró con Martina, una mariposa colorida y alegre que revoloteaba entre las flores.

Martina notó la mirada triste de Lucas y decidió acercarse a él. "Hola, ¿cómo estás?", saludó Martina con una sonrisa. Lucas levantó la cabeza sorprendido por la amabilidad de la mariposa. "Hola, estoy bien... supongo", respondió tímidamente.

Martina notó la inseguridad en las palabras de Lucas y decidió ayudarlo. Le propuso a Lucas participar en una competencia amistosa para demostrarle que era capaz de superar sus miedos e inseguridades. "¿Una competencia? No sé si pueda hacerlo... ", dudó Lucas.

"Claro que puedes, solo debes creer en ti mismo", alentó Martina. Animado por las palabras de la mariposa, Lucas aceptó el desafío. La competencia consistía en recorrer un circuito lleno de obstáculos: trepar árboles, cruzar arroyos y esquivar ramas caídas.

Aunque al principio titubeaba, poco a poco Lucas fue tomando confianza en sí mismo gracias al apoyo y aliento constante de Martina. Finalmente, llegaron al último obstáculo: un gran tronco caído sobre un profundo barranco.

Lucas sintió el miedo invadirlo nuevamente, pero recordando las palabras de Martina sobre creer en sí mismo, decidió intentarlo. Con toda su valentía y determinación, saltó sobre el tronco y logró cruzar el barranco con éxito.

Al llegar al otro lado, fue recibido por los demás animales del bosque que lo aplaudieron emocionados por su hazaña. "¡Lo lograste! ¡Eres increíble!", exclamaron todos los animales felices por ver a Lucas vencer sus inseguridades.

Lucas se sintió abrumado por la emoción y finalmente entendió que lo importante no era compararse con los demás sino creer en sus propias capacidades. A partir de ese día, dejó atrás sus miedos e inseguridades para convertirse en una ardilla segura y confiada que inspiraba a los demás con su valentía.

Y así, gracias a la ayuda y aliento de sus amigos como Martina, Lucas aprendió a superar sus inseguridades y descubrió todo su potencial oculto dentro de él.

Y juntos continuaron viviendo aventuras emocionantes en el bosque encantado donde cada uno era único e especial a su manera.

FIN.

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