La confianza de Luna


Había una vez una niña llamada Luna que estaba muy nerviosa por su evaluación de matemáticas. Ella siempre había tenido dificultades con los números y se sentía abrumada ante la idea de fracasar en la prueba.

Un día, mientras estudiaba en su habitación, su mamá entró y le preguntó cómo estaba. Luna suspiró y dijo: "Estoy tan nerviosa por mi examen de matemáticas. No sé si estoy preparada para ello".

Su mamá le dio un abrazo reconfortante y le dijo: "Luna, tú eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas. Solo necesitas confiar en ti misma".

Luna pensó en las palabras de su mamá y decidió que no iba a dejar que el miedo la detuviera. Se puso manos a la obra, estudiando cada fórmula y resolviendo cada problema con determinación. Pero entonces ocurrió algo inesperado: justo antes del examen, se cortó la luz en toda la ciudad debido a una tormenta eléctrica.

Luna se sintió desanimada, pero sabía que no podía permitirse rendirse ahora.

De repente recordó algo importante: durante uno de sus paseos nocturnos bajo la luna llena había aprendido sobre las constelaciones y cómo los antiguos navegantes usaban las estrellas para orientarse. Entonces tuvo una idea brillante. Corrió hacia el patio trasero con su libreta y lapicera en mano. Mirando hacia arriba, observó cuidadosamente las estrellas hasta encontrar algunas constelaciones familiares como Orión o Las Pléyades.

Empezó a dibujarlas detalladamente en su libreta, anotando además sus nombres y detalles sobre su posición en el cielo. Cuando llegó la hora del examen, Luna entró a la sala de clases confiada en sí misma.

Al principio se asustó un poco al ver que el examen estaba escrito en una pizarra sin luz. Pero luego recordó las constelaciones y usó su conocimiento para iluminar cada problema con una estrella diferente.

La profesora quedó impresionada por la creatividad de Luna y le dio una calificación excelente. Desde entonces, Luna aprendió que no importa cuán difícil parezca algo, siempre hay una solución si uno está dispuesto a buscarla con dedicación y perseverancia.

Desde aquel día, ella siguió estudiando matemáticas con mucho entusiasmo y logró superar todas las dificultades que se presentaron en su camino. Y así fue como Luna descubrió que nada es imposible si uno cree en sí mismo y trabaja duro para conseguirlo.

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