La constelación mágica de Estrellita
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Estrellita, un grupo de estrellas juguetonas que vivían en el cielo. A estas estrellas les encantaba divertirse y jugar entre ellas durante la noche.
Pero un día, las estrellas notaron algo extraño: algunas de sus amigas habían desaparecido. Las estrellas juguetonas se preocuparon mucho y decidieron investigar qué había sucedido con sus amigas perdidas. Así que formaron un equipo y comenzaron a buscar pistas por todo el cielo.
Mientras buscaban, se encontraron con una nube muy curiosa llamada Nubecita. Nubecita era muy amable y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.
Las estrellas le contaron lo que estaba pasando y Nubecita se ofreció a sumarse a la búsqueda. Juntos, volaron por el cielo nocturno preguntando a las otras nubes si habían visto algo sospechoso. Pero ninguna de ellas había notado nada extraño. Parecía que el misterio se hacía cada vez más complicado.
De repente, mientras seguían volando, vieron una luz brillante en el horizonte. Se acercaron rápidamente y descubrieron que era una luna llena radiante y sonriente. - ¡Hola! ¿Han encontrado ya a sus amigas? -preguntó la luna con entusiasmo.
- No aún -respondió tristemente una de las estrellas-. Estamos muy preocupadas por ellas. La luna les explicó entonces que las estrellas no habían desaparecido realmente; simplemente se habían movido hacia otro lugar del cielo para jugar a esconderse.
- ¡Oh, qué alivio! -exclamaron las estrellas juguetonas. La luna les sugirió que buscaran en el otro lado del cielo, donde seguramente encontrarían a sus amigas escondidas. Las estrellas agradecieron la ayuda y volaron hacia la otra parte del cielo.
Después de un rato, encontraron a todas sus amigas reunidas en una constelación brillante y hermosa. Estaban muy felices de haber sido encontradas y se disculparon por haber asustado a las demás estrellas.
Las estrellas juguetonas les dijeron que no había problema y que lo importante era estar juntas nuevamente. Prometieron cuidarse mutuamente y no volver a perderse nunca más.
Desde ese día, las estrellas juguetonas aprendieron una valiosa lección: aunque sea divertido jugar y explorar, también es importante mantenerse cerca de quienes nos importan. Juntas formaron la constelación más especial del cielo nocturno de Estrellita.
Y así fue como el misterio de las estrellas juguetonas se resolvió gracias al trabajo en equipo y la ayuda inesperada de Nubecita y la luna llena. A partir de aquel día, todas las noches en Estrellita eran llenas de risas, juegos y mucha diversión entre estas amigables estrellas.
FIN.