La cooperación de Pancho
Había una vez un pequeño conejo llamado Pancho que siempre tenía hambre. Todos los días, sin falta, se levantaba temprano y salía a buscar comida por el bosque.
Pero hoy era diferente, porque su despensa estaba vacía y no sabía qué hacer. "Mamá, ¿qué voy a hacer? ¡Tengo tanta hambre!" - dijo Pancho con tristeza. "No te preocupes hijo mío, seguro encontraremos algo para comer" - respondió su madre con ternura.
Juntos comenzaron a caminar por el bosque en busca de algún fruto o vegetal que pudieran encontrar. Pero después de varias horas de búsqueda, no habían encontrado nada más que algunas hojas secas y unas cuantas bayas amargas.
"Esto no es suficiente mamá ¿Qué vamos a hacer?" - preguntó Pancho desanimado. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado del bosque.
Era un grupo de animales reunidos alrededor de algo muy especial: una gran piñata llena de manzanas y zanahorias. Pancho se acercó tímidamente al grupo y les preguntó si podía tener un poco de la comida.
Los otros animales lo miraron con desconfianza al principio, pero luego vieron lo triste y hambriento que estaba el pequeño conejo. "Claro que sí amigo" - dijo la ardilla líder del grupo -. "Pero primero debes ayudarnos a romper la piñata". Pancho se emocionó ante esta oportunidad única de conseguir comida fresca y sabrosa.
Junto a sus nuevos amigos trabajaron duro para romper la piñata y finalmente, cuando lo lograron, todos los animales compartieron la comida. "Muchas gracias por ayudarnos" - dijo la ardilla líder -.
"Siempre es mejor trabajar juntos para conseguir lo que necesitamos". Pancho se sintió muy feliz de haber encontrado amigos nuevos y sabía que nunca más tendría que pasar hambre. A partir de ese día, siempre trabajaría duro junto a sus amigos para conseguir todo lo que necesitaran.
Y así fue como Pancho aprendió una valiosa lección: no importa cuán difícil parezca la situación, siempre habrá una solución si trabajamos juntos para encontrarla.
FIN.