La Copa de la Amistad
En un pequeño pueblo llamado Alegreton, los niños y niñas soñaban con jugar en el gran torneo de fútbol. Cada año, el que ganaba la copa era aclamado como el mejor. Sin embargo, este año, dos equipos se enfrentaban con una rivalidad especial: Los Tigres y Las Leonas. Los Tigres eran conocidos por su habilidad en el campo, pero a veces se pasaban de la raya y no escuchaban los consejos de su entrenador. "¡Nosotros ganaremos, sin importar cómo!" - gritó el capitán de los Tigres, Leo, con una sonrisa confiada. Por otro lado, Las Leonas creían en la cooperación y el trabajo en equipo. "Jugar juntos es lo que nos hace fuertes" - decía su capitana, Sofía, mientras organizaban estrategias para el gran día.
El día del torneo llegó, y la emoción era palpable. Mientras los niños se alineaban en el campo, el árbitro levantó la copa brillante que comenzaba a llamar la atención de todos. El partido comenzó intenso, y rápidamente Los Tigres se pusieron en ventaja con un gol impresionante. Pero, a medida que el juego avanzaba, los integrantes de Los Tigres comenzaron a discutir entre ellos, olvidando que el fútbol era un juego de equipo. En el otro lado, Las Leonas, en vez de rendirse, apoyaban a cada jugadora y rápidamente empataron el partido. "¡Vamos, chicas! ¡Podemos hacerlo!" - animaba Sofía, con una energía contagiosa.
El tiempo se agotaba y el marcador estaba empatado. En el último minuto, Las Leonas lograron una jugada increíble, pasándose la pelota con precisión y hacia el último remate del partido. ¡GOL! El grito de alegría resonó en todo Alegreton. Mientras el árbitro levantaba la copa, Sofía y su equipo levantaron sus manos al cielo, pero no olvidaron a sus oponentes. "¡Los Tigres también jugaron genial!" - exclamó Sofía. Los Tigres, aunque decepcionados, se acercaron a felicitar a Las Leonas. "¡Bien hecho, chicas!" - dijo Leo con una sonrisa. Ambos equipos aprendieron esa día que lo importante no era ganar, sino disfrutar jugando y uniendo fuerzas con los demás.
FIN.