La corona encantada


Había una vez en un reino muy lejano, una hermosa princesa llamada Catalina. Era la hija del rey y la reina, y vivía en un castillo rodeado de jardines y bosques encantados.

Catalina era muy feliz, pues tenía todo lo que podía desear: juguetes, vestidos bonitos y muchos amigos con los que jugar. Pero a pesar de todo esto, ella sentía que algo faltaba en su vida.

Un día, mientras paseaba por el bosque encantado, Catalina encontró a un caballo blanco. El animal parecía triste y abandonado, así que ella decidió acercarse para ayudarlo. "Hola pequeño amigo ¿estás bien?"- preguntó Catalina al caballo. El caballo respondió con un relincho bajo y débil.

"No te preocupes amigo mío. Yo te ayudaré"- dijo Catalina mientras acariciaba suavemente el pelaje del animal. Desde ese día en adelante, Catalina visitaba al caballo todos los días y le daba comida y agua fresca.

Poco a poco el animal comenzó a recuperarse gracias a los cuidados de la princesa. Un día mientras paseaban juntos por el bosque encantado, ambos se toparon con una corona dorada tirada en el suelo. La corona brillaba como si estuviera hecha de oro puro.

"¿Qué crees que significa esto?"- preguntó el caballo mirando la corona curioso. "No lo sé"- respondió Catalina también intrigada. "Pero seguro hay alguien buscándola". Así fue como decidieron buscar al dueño de la corona.

Preguntaron a todos los animales del bosque, pero nadie parecía conocer al dueño de la corona. "¿Y si la guardamos por un tiempo?"- sugirió Catalina al caballo. "Así cuando alguien venga a buscarla se la devolvemos".

El caballo asintió con la cabeza y así fue como comenzaron a cuidar de la corona juntos. Pero lo que ellos no sabían era que esa corona estaba maldita.

Quienquiera que la usara, tendría el poder de controlar todo lo que quisiera en el reino. Un día, mientras Catalina dormía en su habitación del castillo, una malvada bruja entró y robó la corona. La bruja quería usar su poder para convertirse en reina del reino y tener todo lo que ella quisiera.

Catalina despertó temprano a la mañana siguiente y notó que algo faltaba en su habitación. Al darse cuenta de que habían robado la corona, decidió salir a buscarla junto con su amigo caballo.

Después de muchas aventuras y peligros por el camino, finalmente encontraron a la bruja con la corona puesta. La princesa intentó arrebatársela pero fue inútil; ya había caído bajo el hechizo oscuro.

"No puedo dejar que hagas esto"- dijo Catalina mirando fijamente los ojos rojos de la bruja. "Debes saber que el verdadero poder no está en una corona ni en riquezas materiales".

La princesa cerró los ojos e invocando toda su fuerza interior pronunció unas palabras mágicas: "El verdadero poder está en el amor, la amistad y la bondad". De repente, un rayo de luz dorada salió del corazón de Catalina y golpeó a la bruja. La corona cayó al suelo sin vida y la malvada bruja desapareció para siempre.

Catalina tomó la corona en sus manos y decidió devolverla al rey. Él estaba muy orgulloso de su hija por haber demostrado valentía y sabiduría en una situación tan difícil.

Desde ese día en adelante, Catalina entendió que lo más importante no era tener cosas materiales sino compartir amor, amistad y bondad con todos los seres vivos del reino. Y así fue como ella se convirtió en una princesa aún más querida por todos. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

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