La corona perdida del rey bondadoso
Había una vez en un reino lejano, un rey muy querido por su pueblo. Este rey era conocido por su bondad, sabiduría y valentía.
Pero un día, mientras paseaba por los jardines de su palacio, se dio cuenta de que su preciada corona había desaparecido. El rey se alarmó y decidió buscarla por todo el palacio. Recorrió cada rincón, desde las habitaciones más lujosas hasta los pasillos más oscuros, pero la corona no aparecía por ningún lado.
El rey estaba preocupado, ya que sin su corona no podía gobernar con autoridad ni recibir a sus súbditos de manera adecuada. "¡Oh no! ¿Dónde estará mi corona?", se lamentaba el rey mientras seguía buscando incansablemente.
El rey decidió pedir ayuda a sus fieles amigos del palacio: el caballero más valiente, la princesa más astuta y el mago más sabio. Juntos formaron un equipo y comenzaron a investigar lo ocurrido.
Revisaron cada pista, interrogaron a todos los sirvientes y exploraron lugares secretos del palacio. "¿Alguien ha visto algo sospechoso últimamente?", preguntaba el caballero a los guardias. "Tal vez deberíamos mirar en la biblioteca real, ¡allí podría haber pistas!", sugería la princesa con entusiasmo.
"Quizás alguien haya usado magia para esconder la corona... Deberíamos buscar hechizos de invisibilidad", reflexionaba el mago con seriedad.
Después de horas de búsqueda y trabajo en equipo, finalmente encontraron la clave para resolver el misterio: uno de los cuervos del palacio había tomado la corona como parte de su nido en lo alto de una torre. El cuervo pensó que brillantes piedras preciosas eran perfectas para decorar su hogar.
El rey subió hasta lo alto de la torre con ayuda del caballero y recuperó su amada corona entre risas al ver al travieso cuervo defendiendo "su tesoro" con picotazos inofensivos.
"¡Gracias por ayudarme a encontrar mi corona! Nunca hubiera imaginado que estaría tan bien custodiada", dijo el rey entre risas mientras acariciaba al astuto cuervo. Así, gracias a la colaboración y perseverancia del equipo real lograron resolver el misterio y devolverle al reino su legítimo símbolo de poder.
Desde ese día en adelante, siempre recordaron que trabajando juntos podían superar cualquier desafío que se les presentara.
FIN.