La criatura curativa



Había una vez una astronauta llamada Ana que viajaba sola por el espacio en su nave espacial. Su misión era explorar la superficie de Júpiter y recolectar muestras para llevarlas de vuelta a la Tierra.

Ana estaba emocionada por esta aventura, pero también un poco nerviosa al pensar en lo desconocido que podía encontrar allí afuera. Pero ella sabía que tenía todo lo necesario para enfrentarse a cualquier situación.

Después de varios días de viaje, finalmente llegó a Júpiter y comenzó a caminar sobre su superficie con mucho cuidado. El paisaje era impresionante: grandes montañas, ríos de lava y nubes gigantes llenaban su vista.

Pero entonces, mientras caminaba por un valle rocoso, algo espeluznante apareció ante sus ojos. Era una criatura extraña con tentáculos largos y brillantes ojos verdes. Ana se asustó muchísimo al principio, pero luego decidió acercarse con precaución para observarla mejor. - Hola -dijo Ana tímidamente-.

¿Quién eres tú? La criatura no respondió, pero tampoco parecía ser agresiva ni peligrosa. Entonces Ana decidió acercarse un poco más y notó que la criatura estaba atrapada entre unas rocas grandes. - No te preocupes -dijo Ana-.

Voy a ayudarte a salir de ahí. Con mucho esfuerzo, logró mover las rocas lo suficiente como para liberar la criatura. Y cuando esta quedó libre empezaron a salir destellos multicolores del cuerpo de la criatura iluminando todo el valle.

Ana se sorprendió al ver esto y se dio cuenta de que esta criatura era única en todo el universo. Así que decidió llevarla con ella en su nave espacial para mostrarla a los científicos de la Tierra y aprender más sobre ella.

El viaje de regreso fue largo, pero Ana estaba muy emocionada por compartir su descubrimiento con todos. Finalmente, llegó a la Tierra y llevó a la criatura al laboratorio donde los científicos estaban esperando ansiosos.

Después de varios estudios, los científicos descubrieron que esta criatura tenía un poder curativo increíble y podía ayudar a muchas personas en todo el mundo. Ana estaba feliz de haber encontrado algo tan especial y útil en su misión espacial.

Y aprendió que no debía tener miedo a lo desconocido, ya que lo inesperado puede ser una oportunidad para hacer grandes descubrimientos y ayudar a otros.

FIN.

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