La criatura peluda del espacio



Había una vez un astronauta llamado Tomás, que se encontraba en una misión muy importante. Debía investigar la desaparición de la tripulación de una nave espacial desolada y reunir información para descubrir lo que había sucedido.

Al llegar a la nave, Tomás comenzó a buscar pistas sobre lo ocurrido. Mientras exploraba los pasillos oscuros, notó algo extraño en el ambiente. De repente, escuchó un ruido extraño y decidió seguirlo.

Al llegar a una sala vacía, encontró a una pequeña criatura peluda durmiendo en el suelo. La criatura parecía inofensiva y Tomás creyó que podía ser amigable. - Hola pequeñín ¿Cómo estás? - preguntó Tomás acercándose lentamente.

La criatura despertó sobresaltada al escuchar la voz de Tomás y comenzó a correr por la habitación asustada. El astronauta trató de calmarla pero no fue fácil. Finalmente, logró atraparla y llevarla con él para estudiarla mejor.

Durante varios días, Tomás estuvo observando las costumbres de la criatura mientras seguía buscando pistas sobre lo ocurrido con la tripulación desaparecida. Pero algo extraño estaba sucediendo: cada vez eran más los miembros de la tripulación que desaparecían misteriosamente sin dejar rastro alguno.

Tomás comenzaba a sospechar que algo andaba mal con esa pequeña criatura peluda que había encontrado en aquella sala vacía. Decidió hacerle algunas pruebas para saber si era ella quien estaba detrás de la misteriosa desaparición.

Para su sorpresa, descubrió que la criatura tenía un poder especial: podía hacerse invisible y así pasar desapercibida ante los demás. Tomás comprendió entonces que era ella quien estaba detrás de todas las desapariciones. - Pequeña criatura, ¿por qué haces esto? - preguntó Tomás con tristeza en su voz.

La criatura contestó:- Lo siento mucho astronauta, pero necesito alimentarme para sobrevivir. No quería lastimar a nadie, pero mi especie se alimenta de energía vital y aquí es donde la encontré en abundancia.

Tomás entendió el problema y decidió ayudarla a encontrar una solución. Juntos buscaron una fuente alterna de energía para la pequeña criatura peluda y lograron salvar a todos los miembros restantes de la tripulación.

A partir de ese día, Tomás aprendió a no juzgar por las apariencias y entender que cada ser vivo tiene sus propias necesidades. La pequeña criatura peluda también aprendió una valiosa lección sobre cómo hacer amigos en lugar de lastimarlos.

Y así termina nuestra historia, recordándonos siempre que debemos ser compasivos con los demás y siempre buscar soluciones pacíficas para resolver nuestros problemas.

FIN.

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