La criatura sin etiquetas



Había una vez un pequeño pueblo llamado Villa Clasificación, donde vivían muchos habitantes muy peculiares. En este lugar, todos los objetos y seres vivos estaban clasificados de acuerdo a sus características y propiedades.

En el centro del pueblo se encontraba la escuela "Clasificadores Unidos", donde los niños aprendían todo sobre la clasificación de la materia. Allí estudiaban Lucas y Sofía, dos amigos inseparables que compartían las mismas dudas y dificultades en esta materia.

Un día, mientras caminaban hacia la escuela, Lucas le dijo a Sofía: "-Sabes, Sofi, no entiendo bien cómo funciona esto de clasificar. Me cuesta mucho recordar todas las características y diferencias entre los diferentes tipos de materia". Sofía asintió con tristeza.

Ella también se sentía confundida con tantos conceptos nuevos. "-Espero que algún día podamos entenderlo mejor", respondió ella. Esa misma tarde, mientras exploraban el bosque cercano al pueblo, encontraron una extraña criatura verde con muchos tentáculos.

"-¡Mira eso! ¿Qué será?", exclamó Sofía sorprendida. Lucas sacó su libreta para anotar lo que veían. "-Tiene muchas patas o tentáculos... podría ser un animal invertebrado", dijo pensativo. La criatura parecía curiosa y amigable.

Se acercó a ellos moviendo sus tentáculos como si quisiera jugar. "-¿Será un animal marino?", preguntó Sofía emocionada. Justo en ese momento apareció Tomás, otro compañero de clase que siempre se creía muy inteligente en temas de clasificación.

"-Eso no es un animal, es una planta. No ves que tiene hojas verdes", dijo con aire de superioridad. Lucas y Sofía se miraron confundidos. La criatura no parecía tener hojas, solo tentáculos. "-No sabemos qué es", murmuró Lucas decepcionado.

Sin embargo, en ese momento apareció la profesora Clara, una mujer sabia y amable que siempre estaba dispuesta a ayudar a sus alumnos. "-Hola chicos, veo que han encontrado algo interesante. ¿Necesitan ayuda para clasificarlo?", preguntó sonriendo.

Los niños asintieron emocionados y le explicaron lo sucedido. La profesora observó cuidadosamente a la extraña criatura y luego les dijo: "-Esta criatura no pertenece a ninguna de las clasificaciones tradicionales que hemos aprendido en clase". Los niños se quedaron perplejos.

Nunca habían pensado en la posibilidad de que existiera algo fuera de las categorías conocidas.

La profesora continuó: "-A veces, en el mundo de la ciencia, nos encontramos con descubrimientos sorprendentes que desafían nuestras ideas preconcebidas sobre cómo clasificar las cosas". Eso hizo pensar a Lucas y Sofía. Tal vez los conceptos rígidos de clasificación no eran suficientes para entender todas las maravillas del mundo.

Juntos decidieron investigar más sobre esa extraña criatura verde con tentáculos y descubrieron que era una especie única llamada —"Planimal" . Tenía características tanto de plantas como de animales, lo cual desafiaba cualquier clasificación convencional.

Con esta nueva información en mente, Lucas y Sofía regresaron a la escuela y compartieron su descubrimiento con sus compañeros. Todos estaban emocionados por la idea de que existieran seres vivos tan especiales en el mundo.

A partir de ese día, los niños entendieron que la clasificación no era algo rígido y absoluto, sino una herramienta para comprender mejor el mundo que nos rodea. Aprendieron a valorar la diversidad y a mantenerse abiertos a nuevas posibilidades.

Y así, Villa Clasificación se convirtió en un lugar donde todos celebraban las diferencias y reconocían la importancia de explorar más allá de las clasificaciones tradicionales. Lucas y Sofía se convirtieron en grandes científicos que siempre estaban dispuestos a buscar respuestas más allá de lo establecido. Y colorín colorado, este cuento sobre clasificación ha terminado.

FIN.

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