La cura del ingenio


Había una vez un niño llamado Eric que vivía en una pequeña casa con su familia. Un día, Eric comenzó a sentirse mal y a toser sin parar.

Su mamá lo llevó al médico y le diagnosticaron una fuerte infección respiratoria. "Eric, tienes que tomar estos medicamentos para sanarte"- dijo el doctor mientras le entregaba las pastillas. Eric no estaba muy contento con la idea de tener que tomar medicinas, pero sabía que era necesario para recuperarse.

Sin embargo, después de unos días, su tos no mejoraba y sus padres se preocupaban cada vez más. "No sé qué hacer para ayudarlo"- decía su mamá angustiada. Un día, uno de los amigos de Eric vino a visitarlo.

Era un chico muy curioso e ingenioso que siempre encontraba soluciones creativas a los problemas. "¿Qué pasa Eric? ¿Por qué estás tan triste?"- preguntó su amigo al verlo acostado en la cama.

"No puedo dejar de toser y me siento muy débil"- respondió Eric con voz ronca. Su amigo pensó por un momento y luego tuvo una idea brillante:"¡Ya sé! Vamos a hacer algo divertido juntos para distraerte y hacerte sentir mejor".

Así fue como empezaron a jugar juntos juegos de mesa, leer historietas cómicas e incluso construyeron robots con piezas de legos. Aunque Eric todavía tenía tos, poco a poco comenzó a sentirse más animado gracias a la compañía de su amigo especial.

Un día mientras jugaban juntos al aire libre, el amigo notó algo extraño en el comportamiento del perro vecino. El animal parecía estar buscando algo en el jardín y se escuchaban ruidos extraños. Sin pensarlo dos veces, los niños fueron a investigar.

"¿Qué está pasando aquí?"- preguntó Eric mientras se asomaba por la cerca. Para su sorpresa, encontraron un pequeño gatito atrapado entre las plantas del jardín.

El pobre animal estaba muy débil y tenía una tos fuerte como la de Eric. "Tenemos que ayudarlo"- dijo el amigo con determinación. Así fue como trabajaron juntos para liberar al gatito y llevarlo a casa.

Su mamá les dio agua y comida para el animalito, pero también notó que tenían una gran cantidad de medicamentos sobrantes que ya no necesitaban. Entonces tuvo una idea:"Eric, ¿por qué no le damos algunos de tus medicamentos al gatito? Podría ayudarlo a recuperarse más rápido".

Eric estaba un poco preocupado por darle sus medicinas al gato, pero finalmente aceptó después de ver lo mucho que su amigo quería ayudar al animalito enfermo.

Poco a poco, tanto el gato como Eric comenzaron a sentirse mejor gracias a los cuidados especiales y la amistad incondicional de su amigo especial. Finalmente ambos sanaron completamente gracias al amor y la dedicación de quienes los rodeaban.

Desde entonces, Eric aprendió que aunque las enfermedades pueden ser difíciles, siempre hay personas dispuestas a cuidarnos y apoyarnos en momentos difíciles. Y así vivieron felices para siempre...

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