La cura solidaria de Villa Pulguita


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Pulguita, donde vivían unas simpáticas pulgas que saltaban de acá para allá con alegría. Todo estaba en paz hasta que un día, un malvado científico llamado Dr.

Picadura creó un virus que afectaba a las pulgas y las ponía muy enfermas. Las pulguitas estaban asustadas y no sabían qué hacer. Fue entonces cuando el valiente Pulgoso, el líder de las pulgas, decidió ir en busca de ayuda.

Se puso su capa roja y partió hacia la ciudad en busca del famoso científico Dr. Rascadura, conocido por ser muy inteligente y bondadoso. Al llegar al laboratorio del Dr.

Rascadura, Pulgoso le contó sobre el terrible virus creado por el Dr. Picadura y cómo estaba afectando a su pueblo. El científico escuchó con atención y se comprometió a ayudar a las pulgas enfermas. "No te preocupes, querido Pulgoso.

Juntos encontraremos una solución para detener este virus tan peligroso", dijo el Dr. Rascadura con determinación. El científico comenzó a investigar y después de días de trabajo arduo, descubrió un antídoto que podría curar a las pulgas enfermas.

Con mucha emoción, prepararon la medicina y la llevaron rápidamente a Villa Pulguita. Las pulgas enfermas tomaron la medicina y poco a poco empezaron a sentirse mejor.

Sus colores volvieron a brillar, sus saltos eran más fuertes y estaban llenas de energía nuevamente gracias al antídoto del Dr. Rascadura. El pueblo entero celebró con alegría y gratitud por la valentía de Pulgoso al pedir ayuda y por la bondad del Dr.

Rascadura al encontrar la cura para el virus de pulga creado por el malvado Dr. Picadura. Desde ese día, las pulgas vivieron felices en Villa Pulguita, siempre recordando que trabajar juntos y pedir ayuda cuando lo necesitas son cosas muy importantes en la vida.

Y colorín colorado este cuento de solidaridad entre ciencia e insectos ha terminado ¡Que viva Pulguito!

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