La curiosidad de Martín
Martín era un niño muy divertido. Le gustaba pasar tiempo con sus amigos y jugar en el parque después de clases.
Sin embargo, a pesar de que le gustaba ir al colegio, no se esforzaba mucho en sus estudios y siempre sacaba notas bajas. Un día, mientras estaba jugando con sus amigos en el agora, encontró un libro interesante sobre animales salvajes. Aunque al principio no tenía muchas ganas de leerlo, decidió llevárselo para casa.
Cuando llegó a su casa, su mamá lo recibió con una sonrisa y le preguntó qué había hecho durante el día. Martín le contó sobre el libro que había encontrado y su mamá se alegró mucho.
"Es genial que quieras aprender cosas nuevas", dijo ella. A partir de ese día, Martín empezó a leer más libros sobre animales salvajes e incluso comenzó a investigar sobre ellos en internet.
Se dio cuenta de que realmente le gustaba aprender cosas nuevas y descubrir nuevos mundos. Con el tiempo, Martín empezó a aplicar esa misma curiosidad y dedicación en sus estudios del colegio. Empezó a prestar atención en clase y hacer todas las tareas que le dejaban los profesores.
Un día, cuando había mejorado mucho sus notas gracias a su esfuerzo diario, uno de sus amigos vino a buscarlo para ir al agora como siempre hacían después del colegio.
Pero esta vez Martín decidió quedarse estudiando para la prueba importante que tendría al día siguiente. - ¿No vas a venir hoy? -preguntó su amigo sorprendido. - Hoy tengo que estudiar para la prueba importante de mañana -respondió Martín sonriendo. Sus amigos se quedaron sorprendidos por el cambio en Martín.
Aunque al principio les costó entenderlo, finalmente comprendieron que su amigo había madurado y entendido la importancia del estudio y la inteligencia.
Desde ese día, Martín se convirtió en un gran estudiante y logró sacar las mejores notas de su clase. Además, nunca dejó de lado su curiosidad por aprender cosas nuevas sobre animales salvajes y otros temas interesantes.
Así fue como Martín aprendió que el esfuerzo y la dedicación son claves para alcanzar los objetivos que nos proponemos en la vida. Y aunque a veces cueste empezar, siempre hay una recompensa cuando se tiene perseverancia y ganas de aprender.
FIN.