La defensa del bosque



Había una vez en un pequeño pueblo escondido entre las montañas, dos hermanos llamados Martina y Tomás. Ambos eran muy curiosos y aventureros, siempre buscando nuevas emociones en cada rincón del lugar donde vivían.

Un día, mientras exploraban el bosque cercano a su casa, se encontraron con algo inesperado: ¡un dragón! El enorme reptil de escamas brillantes y ojos centelleantes los observaba con curiosidad.

Los hermanos se miraron sorprendidos, pero en lugar de huir, decidieron acercarse lentamente al dragón. "¡Hola! ¿Cómo te llamas?" -preguntó Martina con valentía. El dragón parpadeó asombrado por la amabilidad de los niños. "Soy Draco, el guardián de estas tierras. ¿Qué hacen ustedes aquí?" -respondió con voz profunda.

Los hermanos explicaron que solo estaban explorando y disfrutando del día cuando lo encontraron.

Draco les contó que muchos tenían miedo de él por su apariencia imponente, pero que en realidad era un ser pacífico que solo quería proteger el bosque y a sus habitantes. "¡Eso es genial! Nosotros también queremos cuidar la naturaleza y ayudar a quienes lo necesiten" -exclamó Tomás emocionado. A partir de ese momento, Martina, Tomás y Draco se convirtieron en amigos inseparables.

Juntos recorrían el bosque ayudando a los animales heridos, limpiando la basura que algunos humanos dejaban atrás y enseñando a otros niños la importancia de respetar el medio ambiente.

Sin embargo, un día llegaron noticias preocupantes al pueblo: una empresa constructora planeaba talar parte del bosque para construir un centro comercial. Los habitantes estaban alarmados y no sabían qué hacer para detenerlos. Martina tuvo una idea brillante: organizaron una protesta pacífica junto a Draco frente al bosque amenazado.

Muchas personas se unieron a ellos llevando pancartas y gritando consignas en defensa de la naturaleza. El dueño de la empresa constructora salió sorprendido al ver a tantas personas reunidas frente a su proyecto.

Al escuchar las razones por las cuales debían proteger el bosque, decidió cancelar sus planes e invertir en proyectos sustentables para ayudar al medio ambiente.

Todos celebraron la victoria con alegría, sabiendo que juntos podían lograr grandes cosas cuando trabajaban en equipo y luchaban por aquello en lo que creían. Desde entonces, Martina, Tomás y Draco siguieron siendo los guardianes del bosque, inspirando a otros a seguir su ejemplo para cuidar nuestro planeta Tierra. Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡por ahora!

FIN.

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