La defensora de la naturaleza
Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, una niña llamada Lola. Ella era muy curiosa y siempre estaba explorando su entorno.
Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, encontró un pequeño pájaro herido. -Oh no, ¿qué le pasó a este pobre pajarito? - preguntó Lola preocupada. El pájaro parecía haberse lastimado una de sus alas y no podía volar.
Lola decidió llevarlo a su casa para cuidarlo hasta que se recuperara. Con mucho amor y paciencia, ella lo alimentaba y lo mantenía caliente en una cajita con algunas ramitas. Con el tiempo, el pájaro comenzó a mejorar gracias al cuidado de Lola.
Sin embargo, ella sabía que no podía quedarse con él para siempre ya que los pájaros necesitan vivir libres en la naturaleza.
Un día, mientras caminaba cerca del río con su amigo Tomás, compartió sus pensamientos sobre el futuro del pajarito:- No sé qué hacer con él Tomás. Me preocupa dejarlo ir porque todavía está débil pero también sé que necesita estar libre en la naturaleza...
Tomás pensó por un momento y dijo: -Tal vez podrías llevarlo al centro de rehabilitación de animales silvestres en la ciudad cercana. Allí podrían ayudarlo a recuperarse completamente y luego liberarlo nuevamente. Lola sintió que esta era una gran idea y tomó acción inmediatamente llevando al pajarito al centro de rehabilitación junto con Tomás.
Allí conocieron a Juanita quien trabajaba como voluntaria en el centro:-Hola chicos, ¿en qué puedo ayudarlos? -preguntó Juanita. Lola explicó la situación y le entregó el pájaro a Juanita, quien lo examinó cuidadosamente. - Este es un pequeño gorrión.
Parece que su ala está curada pero necesitamos asegurarnos de que pueda volar bien antes de liberarlo nuevamente en la naturaleza. -dijo Juanita. Lola se sintió reconfortada al saber que el pajarito estaría en buenas manos con los expertos del centro.
Ella y Tomás decidieron quedarse para aprender más sobre cómo ayudar a los animales silvestres y ofrecerse como voluntarios.
Durante su tiempo allí, aprendieron mucho sobre la importancia de proteger la naturaleza y cómo cada uno puede hacer una diferencia en su comunidad. Finalmente, llegó el día en que era hora de liberar al gorrión nuevamente en la naturaleza.
Lola y Tomás estaban emocionados de ser parte del proceso:-Adiós pequeño amigo - dijo Lola mientras lo dejaba ir volando libremente. El pájaro comenzó a volar por encima del bosque hacia el cielo azul despejado.
Lola observaba con lágrimas en sus ojos, sintiendo una gran satisfacción por haber ayudado a un animal necesitado y aprendido tanto sobre cómo cuidar nuestro planeta. Desde ese día, Lola decidió convertirse en una defensora de los animales y del medio ambiente.
Aprendió que incluso las acciones más pequeñas pueden tener un gran impacto si todos hacemos nuestra parte para proteger nuestro mundo natural. Y así fue como Lola encontró su verdadera pasión gracias a un pequeño gorrión herido.
FIN.