La desaparición de Sara



Sara era una adolescente muy aplicada en la escuela. Siempre se esforzaba por sacar buenas notas y cumplir con todas sus responsabilidades.

Sus amigas, Sofía y Valentina, también eran muy divertidas y siempre buscaban formas de pasar un buen rato juntas. Un día, mientras estaban en el colegio, las tres amigas comenzaron a hablar sobre hacer una pijamada. Estaban emocionadas por la idea de pasar toda la noche juntas, riendo y divirtiéndose.

Pero Sofía y Valentina tenían algo más en mente. Durante los días previos a la pijamada, Sofía y Valentina empezaron a planear una broma para gastarle a Sara. Querían asustarla un poco pero sin que nadie saliera lastimado.

Decidieron que durante la noche iban a fingir que había un fantasma rondando por la casa. Llegó el día de la pijamada y las chicas estaban ansiosas por comenzar su aventura nocturna.

Se reunieron en casa de Sara con sus bolsos llenos de ropa cómoda y snacks deliciosos. La mamá de Sara les preparó una rica cena antes de dejarlas solas para disfrutar de su noche especial. "-¡Chicas! ¿Están listas para pasar una noche increíble?", exclamó Sara emocionada.

"-¡Sí!", respondieron Sofía y Valentina al unísono. La noche transcurría tranquilamente mientras las chicas jugaban juegos de mesa, reían sin parar e intercambiaban historias divertidas. Hasta ese momento, todo iba según lo planeado.

Sin embargo, cuando llegó el momento acordado para la broma, Sofía y Valentina se dieron cuenta de que algo había salido mal. Mientras ellas estaban ocupadas riendo y divirtiéndose, Sara desapareció de repente. Sofía y Valentina entraron en pánico.

Buscaron por toda la casa pero no encontraron rastro alguno de Sara. La preocupación se apoderó de ellas mientras pensaban en todas las posibles consecuencias de su broma. Decidieron llamar a los padres de Sara y contarles lo ocurrido.

Todos comenzaron a buscarla afuera, llamando su nombre con desesperación. Pasaron minutos que parecían eternidad hasta que finalmente escucharon un susurro proveniente del árbol del jardín. "-¡Chicas, estoy aquí arriba!", gritó Sara desde una rama del árbol.

Las chicas corrieron hacia el árbol y vieron a Sara temblando de miedo pero aliviada al mismo tiempo. Resulta que ella había escuchado un ruido extraño en el jardín durante el juego anterior a la broma y decidió subirse al árbol para estar segura.

Sofía y Valentina pidieron disculpas sinceramente por haber llevado la broma demasiado lejos. Aprendieron una valiosa lección sobre los límites en las bromas y cómo considerar los sentimientos de los demás antes de actuar.

Desde ese día, las amigas valoraron aún más su amistad y prometieron siempre pensar antes de hacer cualquier tipo de travesura. Aprendieron que aunque las bromas pueden ser divertidas, es importante asegurarse de no lastimar o asustar innecesariamente a los demás.

Y así, Sara, Sofía y Valentina continuaron siendo las mejores amigas, aprendiendo y creciendo juntas en cada experiencia de sus vidas.

FIN.

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