La disculpa de Pedro


Pedro y su mejor amigo, Tomás, solían jugar juntos todos los días en el parque. Pero un día, Pedro se enfadó con Tomás porque pensó que lo había ignorado para jugar con otros niños.

En lugar de hablar con Tomás sobre cómo se sentía, simplemente dejó de hablarle. Los días pasaron y Pedro se dio cuenta de que había cometido un error al dejar a su amigo solo.

Quería disculparse, pero no sabía cómo hacerlo sin sentirse avergonzado por haber actuado mal. Fue entonces cuando decidió pedir ayuda a su padre. "Papá, hice algo malo", dijo Pedro mientras miraba hacia abajo.

"¿Cómo puedo disculparme con Tomás?"Su padre colocó una mano en el hombro de Pedro y le explicó que lo primero era reconocer su error y pedir perdón sinceramente. Luego sugirió que escribiera una carta para expresar sus sentimientos.

Pedro siguió el consejo de su padre y escribió una carta sincera pidiendo disculpas a Tomás por haberlo ignorado sin motivo alguno. Al día siguiente fue al parque temprano antes de la escuela para entregar la carta.

Cuando llegó al parque, vio a Tomás jugando con otros niños y sintió un nudo en el estómago. ¿Y si rechazaba su pedido de disculpas? Con valentía, Pedro caminó hacia Tomás y le entregó la carta. "Perdón por haberte ignorado estos días", dijo Pedro tímidamente.

Tomás leyó la carta en silencio mientras Pedro esperaba nerviosamente su respuesta. Finalmente, después de unos momentos, Tomás levantó la cabeza y sonrió. "Está bien, Pedro. Todos cometemos errores a veces", dijo Tomás mientras le daba un abrazo.

Pedro sintió un gran alivio y felicidad al saber que su amigo lo había perdonado. Juntos, volvieron a jugar como solían hacerlo antes.

Desde ese día, Pedro aprendió una valiosa lección sobre la importancia de pedir perdón cuando se comete un error y cómo la amistad puede superar cualquier problema si se trata con sinceridad y humildad.

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