La diseñadora de modas más joven del mundo


Javiera era una niña curiosa y creativa de 5 años que desde pequeña había mostrado un gran interés por la moda.

Pasaba horas viendo programas de moda en la televisión y jugando a vestir a sus muñecas con telas y retazos que encontraba en casa. Un día, mientras observaba un desfile de modas en la televisión, Javiera se llenó de emoción y se giró hacia su mamá con los ojos brillantes.

-Mamá, ¡quiero ser la diseñadora de modas más joven del mundo! ¡Quiero crear vestidos hermosos que hagan felices a las personas! - exclamó con entusiasmo. La mamá de Javiera sonrió cariñosamente y le dijo que para lograrlo debía esforzarse, practicar mucho y nunca rendirse.

Javiera asintió con determinación y comenzó a idear sus propios diseños. Con la ayuda de su mamá, cosió pequeños vestidos para sus muñecas y se metió de lleno en el mundo de la moda.

Javiera buscaba inspiración en todas partes: en los colores del arcoíris, en las flores del jardín y hasta en los dibujos que veía en sus libros de cuentos.

Pasaron los días, los meses y Javiera practicaba incansablemente, sin importarle que a veces cosiera al revés o que sus diseños no salieran como esperaba. Un día, mientras paseaba por el parque con su mamá, Javiera vio a una señora mayor sentada en un banco, sola y triste.

Sin dudarlo, se acercó a ella y le preguntó si le gustaría llevar puesto uno de sus vestidos. La señora, sorprendida por la dulzura de la niña, aceptó con una sonrisa. Javiera corrió a su casa, eligió cuidadosamente uno de sus diseños más bonitos y regresó al parque.

Al ver a la señora vestida con su creación, Javiera sintió una alegría inmensa que le llenó el corazón.

Desde ese día, Javiera decidió que su meta no era solo ser la diseñadora de modas más joven del mundo, sino también hacer felices a las personas a través de sus creaciones. Con el tiempo, su fama se fue extendiendo y muchos la reconocían como

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