La distancia no es un obstáculo
Había una vez en un país no muy lejano, dos jóvenes llamados Luzzy y Sebastián, quienes se conocieron a través de internet. Aunque vivían a 200 kilómetros de distancia, se volvieron muy cercanos y compartían gustos, sueños y risas a través de mensajes y videollamadas.
Un día, Luzzy le dijo a Sebastián: "¿Sabes? Me encantaría poder conocerte en persona, pero la distancia entre nosotros es tan grande."
Sebastián, con una sonrisa en el rostro, respondió: "No te preocupes, Luzzy. Si realmente queremos que algo suceda, encontraremos la forma de superar esta distancia."
Decidieron planificar un encuentro y buscaron diferentes maneras de acortar la distancia entre sus ciudades. Investigaron opciones de transporte, hablaron con sus familias y buscaron la manera de hacer realidad su deseo de verse cara a cara.
Después de mucho trabajo y planificación, finalmente encontraron una solución. Luzzy y Sebastián se encontraron en un punto intermedio entre sus ciudades. Cuando finalmente se vieron, se abrazaron con tanta emoción que parecía que el mundo entero desaparecía a su alrededor.
A partir de ese día, supieron que la distancia no era un obstáculo para su amistad. Continuaron encontrándose, apoyándose mutuamente y compartiendo momentos inolvidables.
Esa experiencia les enseñó que, con determinación, paciencia y apoyo mutuo, cualquier obstáculo, por grande que sea, puede superarse. Luzzy y Sebastián demostraron que la verdadera amistad no conoce límites geográficos.
FIN.