La diversidad en el parque de José


Había una vez un niño llamado José que todos los días se levantaba temprano para andar en su bicicleta por el parque.

Era su actividad favorita del día, ya que le permitía disfrutar del aire fresco y de la naturaleza mientras hacía ejercicio. Un día, mientras José estaba andando en su bicicleta, vio a un grupo de niños jugando fútbol en el campo cercano. Se acercó a ellos y les preguntó si podía unirse al juego.

"¡Hola chicos! ¿Puedo jugar con ustedes?"- preguntó José. "Claro que sí"- respondieron los niños felices de tener un nuevo compañero de juego. José se divirtió mucho jugando fútbol con los otros niños, pero después de un rato comenzó a sentirse cansado.

Ya no tenía tanta energía como al principio y sus piernas empezaron a dolerle. "Chicos, creo que voy a dejar el fútbol por hoy. Me siento muy cansado"- dijo José tratando de ocultar su dolor.

Los demás niños lo miraron preocupados y uno de ellos le preguntó:"¿Estás bien? ¿Quieres tomar una pausa?"José asintió con la cabeza y se sentó en el pasto para descansar.

Mientras tanto, los otros niños seguían jugando emocionados sin prestarle mucha atención al pequeño ciclista. De repente, uno de los chicos tropezó con una piedra y cayó al suelo lastimándose la rodilla. Los demás corrieron rápidamente hacia él para ver si estaba bien mientras gritaban pidiendo ayuda.

José, que había estado descansando en el pasto, se levantó rápidamente y se acercó al niño herido. Con su experiencia ciclista, sabía cómo curar las heridas y calmar a los niños asustados. "Tranquilos chicos, no hay nada de qué preocuparse.

Voy a ayudarlo"- dijo José mientras sacaba su botiquín de primeros auxilios de la mochila. Después de limpiar la herida del niño y ponerle una venda, los demás niños lo miraron con admiración y respeto.

"¡Eres increíble! ¿Cómo aprendiste todo eso?"- preguntó uno de ellos sorprendido. José sonrió y les contó sobre su amor por el ciclismo y cómo siempre lleva consigo un botiquín para emergencias. Los otros niños escuchaban atentamente mientras seguían jugando fútbol cerca.

A partir de ese día, todos los niños comenzaron a jugar juntos en el parque: algunos andaban en bicicleta, otros jugaban fútbol o simplemente caminaban por el campo disfrutando del aire libre.

Todos aprendieron mucho unos de otros gracias a sus diferentes habilidades e intereses. Y así fue como José descubrió que aunque le encantaba andar en bici todas las mañanas, también podía divertirse haciendo otras actividades con sus nuevos amigos.

Aprendió que cada persona tiene algo único que ofrecer al mundo y que es importante valorar las diferencias entre nosotros para poder crecer juntos como comunidad.

Dirección del Cuentito copiada!