La diversión en la sala verde


En un pequeño jardín de infantes, en la sala verde, se encontraba un grupo de niños muy curiosos y llenos de energía.

Les encantaba hacer educación física con la señorita Soraya, jugar en inglés con la señorita Mely, escuchar música con el profesor Walter, escuchar cuentos y, sobre todo, jugar con sus amigos. Un día soleado, los niños estaban reunidos en el patio del jardín.

Habían terminado de hacer educación física y estaban listos para divertirse jugando en inglés con la señorita Mely. Todos estaban emocionados por aprender palabras nuevas y practicar el idioma mientras se divertían. - ¡Hola chicos! ¿Están listos para jugar en inglés? -preguntó la señorita Mely con entusiasmo.

- ¡Sííí! -respondieron los niños al unísono. La señorita Mely sacó una pelota colorida y les explicó cómo iban a jugar un juego donde tenían que decir palabras en inglés cada vez que pasaran la pelota.

Los niños se divirtieron muchísimo aprendiendo nuevas palabras y riendo juntos. Después de jugar con la señorita Mely, llegó el momento de disfrutar de la música con el profesor Walter.

El profe Walter les mostró instrumentos musicales y les enseñó a seguir el ritmo con palmas y movimientos corporales. Los niños se dejaron llevar por la melodía y bailaron felices al compás de las canciones. Más tarde, todos se sentaron alrededor del profe Walter para escuchar cuentos emocionantes.

El profesor les contaba historias increíbles que despertaban su imaginación y los transportaban a mundos mágicos llenos de aventuras. Los niños escuchaban atentamente cada palabra, fascinados por las narraciones del profe Walter.

Al finalizar los cuentos, llegó el momento más esperado: ¡jugar con sus amigos! Los niños corrían por el patio, saltaban, reían y creaban juegos divertidos juntos. Se ayudaban unos a otros, compartían juguetes e inventaban historias fantásticas que los mantenían entretenidos durante horas.

Así transcurría cada día en la sala verde del jardín: lleno de aprendizaje, diversión y amistad. Los niños descubrían cosas nuevas, desarrollaban su creatividad y fortalecían sus vínculos mientras disfrutaban de todas las actividades que tanto les gustaban.

Y colorín colorado este cuento ha terminado; pero en la sala verde del jardín siempre habrá nuevas aventuras esperando a ser vividas por estos pequeños exploradores llenos de alegría e ilusión.

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