La diversión está en todas partes



Preta era una perra de pelaje negro y brillante, con ojos chispeantes y una cola que no paraba de moverse. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos.

Era conocida por todos los habitantes del lugar como "la perra negra loca loca que no paraba de divertirse". Y es que Preta era todo un torbellino de energía y alegría.

Un día, mientras paseaba por el campo, Preta encontró a un grupo de animales tristes y desanimados. Había un conejo llorando, un pájaro solitario y una mariposa cansada. Preta se acercó a ellos con su cola moviéndose deprisa. - ¿Qué les pasa? -preguntó la perra con curiosidad.

- No tenemos nada que hacer -respondió el conejo-. Estamos aburridos todo el día. Preta pensó en algo que pudiera hacer para ayudarles. Recordó lo mucho que ella disfrutaba corriendo por el campo y jugando con sus amigos animals.

Entonces tuvo una idea:- ¡Vengan conmigo! -dijo emocionada-. Vamos a jugar juntos al aire libre. El pájaro solitario levantó la cabeza con interés, la mariposa batió sus alas débilmente y el conejo secó sus lágrimas emocionado por la propuesta.

Así fue como comenzaron las aventuras más divertidas del mundo animal del pequeño pueblo rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos. Preta lideraba las expediciones hacia lugares desconocidos llenos de retos y desafíos para los animales.

El pájaro les mostraba los mejores rincones del bosque y la mariposa se encargaba de buscar las flores más bellas. Juntos, descubrieron que el aburrimiento era solo una sensación pasajera y que la diversión siempre estaba a su alcance.

Aprendieron a disfrutar de cada momento, a valorar la amistad y el compañerismo. Un día, Preta decidió organizar un gran juego en el campo para todos sus amigos. Había carreras, saltos y acrobacias.

Los animales estaban emocionados por participar en aquel evento tan especial. Cuando llegó el momento de entregar los premios, Preta anunció con orgullo:- ¡Todos son ganadores! Porque lo importante no es quién gana o pierde sino disfrutar juntos del camino.

Los animales aplaudieron emocionados mientras Preta saltaba feliz en medio del campo. Desde entonces, nunca más volvieron a sentirse aburridos ni solitarios porque habían aprendido que la verdadera felicidad está en compartir momentos especiales con las personas (y animales) que queremos.

Y así fue como Preta se convirtió en "la perra negra loca loca que no paraba de divertirse" pero también "la perra negra sabia sabia que enseñó a sus amigos lo importante de vivir plenamente".

FIN.

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