La dulce bruja



Había una vez en un pacífico bosque encantado, una bruja llamada Lila. A diferencia de las historias que todos conocemos, Lila no era malvada en lo absoluto, ¡era buena! Todos los días, la dulce bruja Lila se levantaba temprano en la mañana y preparaba la más deliciosa repostería para los chicos del pueblo cercano. Su casa estaba decorada con brillantes colores y exudaba un aroma a azúcar y canela que atraía a los niños como abejas a la miel.

Un día, la noticia sobre la maravillosa bruja buena llegó a oídos de un travieso duende llamado Pancho, famoso por sus travesuras. Intrigado por la historia, decidió ir a visitar a la bruja. Al entrar en la casa, quedó sorprendido al ver a Lila sonriendo y preparando dulces en su enorme cocina. -Buenos días, soy Pancho, ¿es cierto que eres una bruja buena? -preguntó con incredulidad el duende. -Sí, querido Pancho, soy una bruja buena. Me encanta hacer feliz a la gente con mis dulces -respondió Lila con amabilidad.

El duende, aún desconfiado, decidió probar uno de los dulces de Lila. Al saborear el delicioso postre, su corazón se llenó de alegría y comenzó a reír. Desde ese día, Pancho y Lila se volvieron grandes amigos y juntos llevaron alegría a todo el bosque. Pero un día, una malvada bruja llamada Morgana, celosa de la bondad de Lila, decidió hacerle una trampa. Morgana lanzó un hechizo sobre el bosque, convirtiendo todos los árboles en enormes arbustos espinosos que bloqueaban el paso a cualquier visitante.

Asustados, los animales del bosque acudieron a Lila en busca de ayuda. Sin dudarlo ni un momento, Lila se propuso encontrar una solución para salvar el bosque y a sus amigos. Con la ayuda de Pancho, se embarcaron en un emocionante viaje a través del bosque, enfrentando desafíos y resolviendo acertijos para deshacer el hechizo de Morgana. Al final, con ingenio y valentía, lograron deshacer el encantamiento y devolver la paz al bosque.

Desde entonces, la bondadosa bruja Lila y el travieso duende Pancho eran admirados por todos en el bosque, y celebraban juntos la amistad y la bondad. Y Morgana, al ver cómo el amor y la compasión prevalecían, decidió abandonar su camino malvado y unirse al grupo de amigos, aprendiendo que la verdadera felicidad se encuentra en el bienestar de los demás.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!