La elección del nuevo parque



Había una vez en el tranquilo pueblo de Villa Esperanza, un grupo de niños de primaria que querían un parque nuevo y divertido donde poder jugar y pasar tiempo juntos. Sin embargo, no todos estaban de acuerdo sobre cómo debería ser el parque. Algunos querían más juegos, otros querían una cancha de fútbol, y algunos preferían un área para leer y descansar.

Un día, la maestra Laura les dijo a los niños: “Hoy vamos a aprender sobre democracia. Significa que todos tenemos la oportunidad de compartir nuestras ideas y trabajar juntos para tomar decisiones justas”. Los niños estaban emocionados de aprender algo nuevo.

La maestra dividió a los niños en grupos y les dio la tarea de diseñar su parque ideal. Cada grupo tendría que presentar su idea a la clase y luego votarían para decidir cuál sería el nuevo parque.

Los días pasaron y los niños trabajaron duro en sus diseños. Había castillos de juegos, campos de fútbol, áreas verdes y muchas ideas más. Llegó el momento de las presentaciones. Cada grupo mostró con entusiasmo su proyecto y explicó por qué creían que era el mejor.

Al terminar las presentaciones, la maestra Laura les recordó a sus alumnos la importancia de escuchar a los demás y respetar sus opiniones. Llegó el momento de votar. Cada niño escribió en un papel su opción favorita y lo depositó en una urna.

El conteo de votos se realizó con alegría y emoción. Finalmente, la maestra anunció el resultado: ¡El diseño ganador sería una combinación de todas las propuestas! Habría juegos, un campo de fútbol, una zona de lectura y mucho más. Los niños estaban felices de ver que, aunque no todos obtuvieron exactamente lo que querían, habían alcanzado un acuerdo justo y equitativo.

Con la ayuda de la comunidad y el apoyo de la maestra Laura, los niños trabajaron juntos para construir su nuevo parque. Aprendieron que en democracia, todos pueden contribuir con ideas y comprometerse a tomar decisiones que beneficien a la mayoría.

Desde ese día, el parque se convirtió en el lugar favorito de todos los niños, donde podían jugar, leer, practicar deporte y disfrutar juntos. Aprendieron que en democracia, el trabajo en equipo y el respeto por las opiniones de los demás son fundamentales para lograr el bien común. Y así, Villa Esperanza se convirtió en un lugar aún más especial, donde la voz de los niños era escuchada y valorada.

FIN.

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